lunes, 20 de agosto de 2018

Un Día Cualquiera, un Diario en Particular

Acabo de leer algunas notas en La Nación, hoy es lunes feriado 20 de Agosto de 2018. La total focalización en las causas de corrupción es de una alevosía increíble; con ese nivel de manija están creando una psicosis brutal; aunque también puede leerse a través de algunos comentarios, lo que parece ser una profunda crisis de representatividad en aquellos quienes eligen mantener cierta cordura y dan cuenta que el problema de la corrupción es estructural y excede a la alternancia de las fuerzas políticas que acceden al poder; pero son los menos. La redacción de las notas es muy pobre, sólo se encargan de darle peso, contenido y continuidad a una noticia que más se parece a una trama urdida y con ribetes novelísticos. Se presentan los hechos de tal manera que el eco de las palabras reverbere de manera simplona e ingenua en aquellos lectores los más encendidos y encolerizados que difícilmente pueden llegar a observar la perspectiva de la presentación de la noticia y del armado de la tapa del diario mismo. Aquí se nota una intención impúdica de parte de lo que ¿podemos? llamar el periodismo. Es un ataque en conjunto con una maniobra de invisibilización del presente social y económico que atenta contra la opinión pública, subestimándola. 

Creo que estamos ante una crisis de los medios de información, una más. Y van?. 

El sesgo informativo sólo atisba el antagonismo, que es sólo funcional a los intereses de los gobiernos que lo fomentan. Lo delicado en los tiempos que corren hoy en el país es que el mapa de medios que dominan la percepción de un GRAN número de ciudadanos simpatiza con los intereses del oficialismo, por lo que actúan en tándem; y el periodismo independiente agoniza, hay periodismo de guerra y el más poderoso es aliado del gobierno. No se cuestiona. Se militan las medidas de gobierno. Si se accede a otros medios de información en oposición a los medios dominantes y por lo tanto al gobierno, tendremos posiblemente más de lo mismo, sólo que la focalización se da en sentido contrario. Y me animo a decir con una mayor rigurosidad en la transparencia de la investigación, basándose en documentos, entrevistas y trabajo de campo; en honor al grado de credibilidad que deben crear en contraposición con los grandes medios que corporativizan la llegada de las "noticias".

¿Cómo como ciudadanos nos debemos plantear el derecho a la información? Hoy por hoy ¿qué es la información? ¿Cómo distinguimos la calidad de lo cierto?. Hemos llegado a un punto donde asumimos la verdad desde lo emocional, desde la simpatía que le guardamos al periodista; porque el periodista se ha vuelto una suerte de divinidad incuestionable, además. Nuestra verdad será procesada desde la empatía, algo que en función de lo estrictamente cerebral, es de lo más común. 

Entonces ¿cuál es el punto desde donde podemos construir objetivamente una interpretación de los mismos hechos presentados desde dos ópticas completamente opuestas y con cargada animosidad, con cierto grado de violencia?. Si gozáramos de tal poder de discernimiento, tal vez nos acercaríamos un poquito más al modelo de democracia que nosotros como conjunto de la población nos merecemos desde la creación misma de nuestro país. 


A modo de final, diré que creo profundamente en la lectura, en la personalidad constructiva del escritor, que puede darnos las herramientas estructurales (en cuanto a la investigación y al ejercicio de la reflexión) para poder concebir el mayor grado de imparcialidad en cuanto a los hechos que se producen política, social y económicamente en el país y que se nos presentan como beneficio o detrimento de la población, dependiendo del beneficio o del detrimento de quienes ostenten los medios para contarlos.

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