martes, 24 de marzo de 2015

Música para Viajar - Go Neko!

En una de esas tantas tardes o noches cuando colgás a navegar en las recomendaciones de Youtube, donde poniendo a veces una banda cualquiera que hayas escuchado nombrar; o la que más disfrutes; y aparecen ahí al costadito una lista a veces interesante, a veces indignante. Así fue como descubrí a esta banda argentina llamada Go-Neko!. Es una banda que no tiene voces, pero pretende que las melodías, capas sonoras y texturas hablen por sí solas, evocando sensaciones mediante la vía instrumental.

 A lo largo de Los Malos de Verdad, entre la música cósmica y los sampleos de discursos y frases grabadas, va a ir transcurriendo la historia que comienza de alguna manera con la ¿presentación? de algunos personajes en el primer LP de la banda. Esto se puede apreciar con muchísima más claridad teniendo a mano los nombres de los temas y las maravillosas ilustraciones que acompañan al disco. Que si no las pueden ver en los temas, pueden verlas en su colorido sitio web, para apreciar con más detalle la historia de la batalla al mejor estilo del Eternauta entre 8th Man y los Malos de Verdad contra la rebelión del pueblo liderada por el mutante Mike Ontry (espectacular juego de palabras, me saco el sombrero) y el poderoso Sub-comandante Brown en un paisaje cuasi-post-apocalíptico.

 Incluso, está parte del texto del último discurso de Salvador Allende: "No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo" (y 8th Man se lo tomó en serio), entre otras cosas y sutilezas no tan sutiles.

Todo este disco es un viaje. Personalmente, se me da por escuchar bandas instrumentales, para leer, para escribir, para cocinar, para dormirme, para viajar, etc. A medida que recuerde y descubra, iré compartiendo más música para viajar. Ahohra, denle ► a esta joyita, y permítanse volar un poco:


viernes, 20 de marzo de 2015

Lectura o Lectura

Cada tanto me topo con alguna publicación en internet que exalta de manera romántica la figura del libro y la compara inmediata y antagónicamente con un e-book. La verdad es que más allá de tratarse (como casi siempre imagino) de una publicación que busca generar una empatía con el resto de los usuarios que acostumbran el sitio en cuestión; a estas alturas del partido, yo creo que es inútil comparar o enfrentar las carracterísticas de un libro digital con otro que no lo es. Todos aquellos quienes acostumbramos (o crecimos) leyendo libros impresos, no los abandonaremos jamás; y sabemos también, obviamente, que no tienen comparación. Son dos alternativas totalmente diferentes que, en última instancia, producen el mismo estímulo, el placer de la lectura. Y por ello, cabe destacar algunas ventajas del libro electrónico: (convengamos que las ventajas del libro impreso ya son por demás, no sólo conocidas, sino también puramente personales), la posibilidad de leer un libro que resulte inconseguible —según el lugar en donde el ávido lector se encuentre—, la opción de la descarga gratis en PDF es un golazo de media cancha. Otro asunto es el monetario; particularmente, el precio de los libros en el lugar desde donde este lector que sucribe se encuentra, es alto. Por que no hablar también de la comodidad que puede ofrecernos respecto de su tamaño y peso..........en fin.


A lo que voy es que no se debería denostar a aquella tecnología que nos permite o nos ofrece alternativas que nos benefician de algún modo. Adquirir una postura intransigente, en este caso, puede privarlo de leer libros maravillosos, de los cuales ni usted ni yo tenemos ahora mismo conocimiento. Yo aún no he podido conseguirme mi e-book; pero en cuanto pueda, me haré de uno. Y jamás dejaré de pasar un buen rato en el par de librerías que frecuento, hurgando entre los estantes, hasta descubrir aquél que me despierte ese nuevo interés por saber más, por leer más, por seguir disfrutando del placer de la lectura. Y no olvidarse de las ediciones de bolsillo, tan importantes, je.

martes, 17 de marzo de 2015

Secretos de Estados (Alterados)

Noches en las que en determinado momento declaro que no me puedo dormir y ya está todo oscuro, el silencio reina y la cabeza no para. Y como sabés que no va a parar, te acomodás como para no dormir, y dejás que el río de pensamientos fluya, simplemente. Ves pasar las imágenes que dibuja el pensamiento (que de seguro te servirán para hilar algún sueño loco luego) y te das el lujo de elegir alguna; como si del juego de la sortija se tratara, la enganchás....y ahí te quedás, y desarrollás el súbito insomnio. Así, hay noches donde suelo repasar las acciones diarias de mi hijo (y las mías para con él); por si así encuentro algún tipo de detalle que en el vértigo al cual me tiene acostumbrado me haya perdido. Son pensamientos sumamente satisfactorios, hay una conexión con el ser padre dentro de uno mismo que es muy gratificante y las escenas se suceden vívidamente durante esta secreta ceremonia nocturna. Puedo alcanzar una emoción profunda, es una sensación maravillosa, por segundos tomás una real dimensión que en otro estado sería imposible de lo que es y significa ser padre. Y convengamos que dormirse luego de eso resulta incluso más fácil, y hasta dormís mejor, andá a saber. Aunque ahora que pienso bien, hay ciertos momentos que comparte uno con sus hijos en donde por un brevísimo instante lo mirás, y me resulta totalmente imposible explicarlo en palabras te das cuenta lo que ha crecido.

Una noche de estas que digo, recordaba cierta situación que me había contado y había sucedido durante clases en el colegio, y algunos puntos que le costaba aprender, con toda su bronca primero y su frustración después, a cuestas. Hablamos del tema mientras preparaba su merienda y después salimos a jugar un poco al fútbol en el patio para despejar un poco la cabeza. Pero esa noche, pensando en esto, y re-viviendo la escena, escribí......le escribí esto en el celular (y después de leerlo pensé tambień que lo estaba escribiendo para mí):

 Aprender requiere del tiempo y el esfuerzo; del esfuerzo porque nada se aprende mágicamente, y del tiempo porque aprender implica adquirir un conocimiento 
a través de la experiencia.

Al otro día se lo leí, ya con la bronca y frustración olvidadas, y sonó bonito, mientras me escuchaba atentamente. Luego la charla nos permitió desarrollar  importantes conceptos como la paciencia y el conocimiento empírico (confieso que aquí me había cebado un poco) y derivó finalmente en todo lo que les acabo de contar.


Si usted es padre y está leyendo esto, por ahí le sirve esto que le digo: háblele a su hij@, aconséjel@ e imagine mientras que es ya una persona adulta, como si se encontrara frente algún tipo de situación de su vida personal, en la que lo que usted le está aconsejando ahora (pero que para él ya forma parte de su pasado, su niñez, su adolescencia) pueda servirle en horas donde pueda llegar a sentirse de pronto apesadumbrado. Estas pequeñas charlas pueden ser la raíz del espíritu de sus hij@s. Hábleles, hábleles mucho. Y después lo llena de besos y de abrazos de osos, ok?.

Notas acerca de la Fotografía I - Historia Visual


Hay días en que pienso en que todos hemos de tener una historia que es pura y específicamente visual en nuestra memoria —una memoria que funciona y ha funcionado además de manera fotográfica— y que tiene que ver con todo lo que en el transcurso de lo que va de nuestras vidas hemos visto y/o aprendido. Desde los dibujos en nuestros primeros años de edad, el estudio de las primeras formas matemáticas, los cálculos de las superficies geométricas, pasando por todo el recorrido del estudio de la lengua: la poesía, el cuento, la lectura en general; hasta (y) por todo aquello a lo que emocional y culturalmente nos hemos sentido atraídos de manera alguna, alguna mágica vez. A ese compendio de imágenes, intraducible por lo humanamente inabarcable, lo considero yo una pieza clave y fundamental a la hora de producir creativamente una o la fotografía. No es un documento al que podamos acceder de manera práctica y funcional, claro está, es la historia visual de la historia total, constante e instantánea —además— de nuestra vida, es lo que nos hace únicos como fotógrafos: no en el eventual y banal sentido narcisista de la expresión, sino en la particularidad de cada mirada y lo que ello como expresión en el lenguaje de la fotografía sugiere. Nos orientará también de manera personal como espectadores, como observadores de la fotografía, partícipes del lenguaje.


La forma, por ejemplo, asociada con el volumen. Yo recuerdo todo, asociado, matemática y geométricamente, al equilibrio. El ejercicio de las matemáticas y la geometría tenía y siempre tuvo que ver con el equilibrio, con el sentido intrapersonal del equilibrio. Siempre fui muy malo para las matemáticas y la geometría, pero aún tempranamente (nunca es tarde para aprender) con los años dí cuenta de la importante cuestión del equilibrio: tenía que ver más con una sensación, que con recordar exactamente razonamientos y/o ecuaciones. El uso de las formas en la composición de la fotografía es para mí, trascendental para lograr una armonía que está estrechamente ligada con esa sensación de equilibrio de la que hablaba recién. El equilibrio de una imagen es, a su vez, una sensación que es diferente para cada fotógrafo: todos, de la misma manera en que cada mirada es única; sienten este equilibrio de manera única y personal. Todos alguna vez (tal vez) hemos hecho equilibrio físicamente. Físicamente el fotógrafo debería sentir ese equilibrio a la hora de componer, con toda su historia personal visual manifestándose en el preciso instante en que a través del visor decide de qué manera construir el cuadro, la fotografía que constituye en ese momento su mente toda.
Por esta razón, siempre he considerado importante la sana costumbre del ejercicio del (eterno) aprendizaje, la visualización e investigación de otros trabajos fotográficos, y de otros trabajos que no tengan que ver estrictamente con lo fotográfico también, porque todo aquello relacionado con la creatividad y la expresión a través de lo visual siempre ha de ser enriquecedor para quien se expresa a través del lenguaje de la imagen. Un fotógrafo haría bien en alimentar su mirada con la mirada y la creatividad de otros, seguir sumando instantaneidad a su historia visual.

Asuntos Internos

A veces uno, simplemente, se cansa. De todo lo diario. De la automatización. Cuando escucho que se ríen de chistes de los cuales ya se rieron tal vez, algunos días antes; y entonces eso me parece cuanto menos, confieso: angustiante. Como un pecado acaso, es una pausa que cometo, un paso al costado que doy en la vertiginosidad (o parsimonia) de todo lo diario: si te detienes, observas: el ritmo, la re-pe-ti-ción, lo efímero, lo banal. Entonces me canso del ritmo, y algo en mí puja por detenerse, parar la bocha, y observar. Para atrás, hacia los costados, tal vez para adelante, por qué no?. Pero esto, claro, tiene sus consecuencias: te ponés a pensar. Y si te ponés a pensar, te cansa. Cuando hay que soportar la cargadas de los que sólo saben manifestar cualquiera de sus emociones a través de esas cargadas, se convierten en una carga; parece por momentos que sólo mueven los labios, que no los escuchás, y que podría yo mismo poner en sus bocas las palabras que están diciendo. O aquél que con certeza y autoritarismo fingido se las sabe todas, de todo tiene una teoría (que resulta ser la más probable) y elucubra en voz alta sus pensamientos más profundos; y que por encima de muchas otras cosas, tiende a decir que usted o yo estamos equivocados. Cansa.

A veces uno, simplemente se cansa de las personas. Cada tanto me resulta saludable evitarlas, pasar por alto sus expectativas respecto de mí, su saber y su ignorancia respecto de mí; me resulta bastante fácil, y no se si preocuparme por esto o no, en realidad, creo que no me interesa demasiado (ya saben lo que dije sobre lo de ponerse a pensar). Siempre me he llevado mejor conmigo mismo, a pesar de que tenemos nuestros dilemas, como todos. No todo el mundo puede digerir fácilmente que alguien puede llevarse mejor consigo mismo, que prescinda de las personas, aún de los seres queridos, dependiendo excepcionalmente del grado de parentezco. Mucho de lo que es considerado inapropiado o fuera de lo común por (justamente) el común de la gente tiende a verse de manera negativa, es decir, representa ese mínimo destello de anormalidad, como una falta, una falla, y por qué no?, una enfermedad —algo raro tiene (o le pasa). Y a veces lo único que pasa es que uno se cansa, nada más. Y como si la gente fuera un ruido que atenta contra nuestro más profundo, encantador y respetable silencio, la necesidad de preservar ese silencio es directamente proporcional a la acción de alejarse.

Aun asi!, no todo placer sensorial y mental ha de convertirse en vicio, porque aunque esos que se ríen siempre de los mismos chistes, esos otros que alegan tener siempre la razón o aquellos que están siempre esperando algo de vos, nos rompan condenadamente un poco las pelotas, también son importantes piezas claves para mantener nuestro propio equilibrio; la evitabilidad con la que nosotros nos relacionamos con ellos nada tiene que ver con la inevitablidad de que son parte de nuestras vidas. Entonces cada tanto asumo mi propio consenso, y hasta suelo ser amable con ellos. Pero no me malentiendan, adoro mi soledad; pero para mantenerla y darle el valor que necesito (y se merece) darle, es necesario que tenga un sentido, y ese sentido se lo da quienes me rodean. La soledad absoluta no tiene ningún tipo de sentido, o si algo de absoluto tiene, es que es asi de esa manera, inútil.


lunes, 16 de marzo de 2015

El ¿angustioso? gusto por lo ya clásico

Ojo, que cuando digo "clásico" ya la embarro de entrada, nomás. Pero aclaremos, aunque oscurecer sea siempre inevitable, entonces.

Siempre que tengo un rato en medio de la vorágine diaria del todo cotidiano, que es cuando me preparo unos mates y me siento frente a la computadora a navegar un rato, suelo ver (y es difícil hablar de estadística) que much@s usuari@s de sitios que suelo frecuentar, tienen cierta predilección por postear/subir/colgar imágenes que aluden o a una cierta película o a un cierto libro (y por qué no también a un disco). Quiero decir, me da la impresión cuando veo y hago memoria y rejunte de lo que a diario veo que hay cierta ¿necesidad? (obviamente) de mostrarse (vaya contradicción) como algo (alguien) que es como el otro (¿quién es el otro?, no se, pero allí está, tácito e innegable) o como el resto de los que tienen esa (necesidad otra vez) de mostrarse (la misma contradicción) de esta misma manera. Y lo que me pregunto es: ¿por qué?.


Si tenemos en cuenta que buena parte de los usuarios de los que hablo (y esto es más una intuición que un supuesto) rondan los 30 años (para atrás y/o para adelante) y veo posters de películas que hoy son los nuevos clásicos, como por ejemplo, no se.....Blade Runner, o........The Fight Club, o El Gran Lebowski, Reservoir Dogs, Fargo, Trainspotting y tantas otras. Portadas de libros como (y son ejemplos que yo mismo he visto): Crimen y Castigo de Dostoievski, La Conjura de los Necios de John Kennedy Toole, En el Camino de Keruac, alguno que otro de Sartre y el infaltable Foucault; discos de Zeppelin, de los Doors, y una lista que debería hacer más larga pero no tengo ganas. 

Es el usuario, y por ende (¿?), el ser humano de hoy, un nostálgico prematuro?, es un nostálgico empedernido?. Tal vez con los libros y los discos la cosa sea un poco diferente, todos coincidimos en que un clásico es un clásico y hay libros que tampoco tienen tiempo ni edad; pero......cuánto de verdad hay en el que postea la portada del libro?, es decir, si acaso lo ha leído. Existe cierta demagogia también?, vaya uno a saber si lo sabrá o lo sabremos. Y las películas, convengamos en que, por lo menos las pocas que he mencionado, son muy buenas películas (por lo menos a mí me gustaron)....pero.....si estamos navegando en un sitio donde cada tanto vemos la (misma, además) imagen de una película, que es una película que ya todos vimos, y que ya todos coincidimos en que estuvo buena......de qué sirve ese mecanismo de autosatisfacción en conjunto?, es como hacerse una paja mental entre varios. Mala pronografía (si acaso la hay).

Una página, una cualquiera donde se pueda compartir —un concepto que fue básico y fundamental en la internet de sitios donde antes se compartía mas libremente— por qué no subir o hablar de una película que vos hayas visto y que creas que ese otro no la ha visto y le puede gustar?. Por qué no leer más libros (además de los que siempre recomiendan, por qué no?) y compartir ese nuevo que leíste?, a ver que te pareció.....o descubriste un disco nuevo, una banda nueva......por qué esa necesidad y esa repetición de los mismos íconos y clichés?. —Está loopeada la muchachada de hoy, che?. Ha de haber algo natural, algo antropológico que escapa a mi pensamiento aquí sobre encaramarse sobre el gusto de los demás y plegarse a ese gusto ¿para gustar?. Acoplarse a la manada (o monada, es lo mismo), como si todo esto fuera físico!. Aquí existen nuestras mentes sobre todo, pero no para masturbarse con el fetiche de la repetición y la aceptación; en tal caso, debería ser un deber amoroso estimularnos los unos a los otros (nuestras mentes) con cada cosa nueva que encontremos en la red (sea una película o un disco o lo que sea ya a estas alturas de la escritura) o con lo que nos encontremos en nuestra vida cotidiana, como comprar un libro nuevo y desconocido...........por ejemplo.