sábado, 3 de noviembre de 2018

De Gil no tiene nada el realizador...



A mí personalmente me ha gustado Hill House porque a través de los capítulos fui encontrando el placer por una idea muy vieja que siempre he tenido. Referida claro a los fantasmas. Desde que tengo memoria he relacionado a los fantasmas con la pena, con la tragedia que supone ser un fantasma. No recuerdo haberlo leído o escuchado exactamente, si es que viene de alguna película en especial (siempre me gustó el género). Me acuerdo ahora mientras escribo de El Abominable Dr. Phibes, una película que ví hace muchísimos años siendo pequeño aún, que me causó una mezcla inefable de miedo y placer por sentir ese miedo mismo. Pero no se si viene directamente al caso, lo que me parece es que más allá del trasfondo de malignidad de la historia, lo que vive la familia de Hill House tiene que ver con esa pena y esa tragedia que a mí más me gustaba y me gusta de las historias de fantasmas. Tengo entendido que la historia está basada en una novela:


Cuyo resumen cito: considerada una de las principales novelas de horror del siglo XX, narra el inquietante experimento de John Montague, doctor en Filosofía y antropólogo, que lleva años entregado al estudio de "las perturbaciones psíquicas" que suelen manifestarse en las "casas encantadas". Infructuosamente ha buscado una casa idónea, cuando un día oye hablar de Hill House, una mansión solitaria y de siniestra reputación. Montague decide alquilarla y busca ayudantes dispuestos a pasar una temporada en ella: Eleanor, una mujer desdichada que, tras once años cuidando a su arisca madre inválida, se ha vuelto una persona solitaria; Theodora, joven alegre y curiosa, seleccionada por su increíble capacidad telepática; y Luke, vividor y mentiroso, incluido en el grupo por exigencia de la propietaria, su tía. El objetivo: tomar notas de cualquier fenómeno paranormal que se presente para documentar el libro sobre casas encantadas que prepara el doctor. Las alucinantes experiencias que vivirán en la casa será mejor que el lector las descubra por sí mismo.

Nótese los nombres de los personajes de la novela, que en la serie han sido caracaterizados como miembros de una familia. Un acierto, sin dudas. Todos los personajes son muy interesantes de forma particular y dentro de la relación familiar, su historia se teje capítulo a capítulo a través de un montaje y una edición muy fina, con un ritmo que mantiene la atención y la tensión de lo que a cada uno le sucede por separado y como dije, en relación con el resto de su familia. Es agradable ver el cierto parecido entre los actores niños y sus personajes ya adultos, eso la da mucha uniformidad a la historia. Hay capítulos filmados de manera magistral (como cuando toda la familia reunida conversa seriamente en la sala velatoria y la cámara se mueve por entre los actores en diálogos bastante largos y que según mi parecer se ha hecho de una sola toma). Hay algún que otro susto. Hay, como pude encontrar casi sin querer navegando, algunos fantasmas "escondidos":

En fin, es una serie que se disfruta, realmente. Hasta el final. Y ahí ya se los dejo a ustedes.

Why so Serious?

Because. Uno creería que el círculo de amigos es un ambiente donde se pueden desarrollar libremente ciertos temas para discutir o conversar; pero no es enteramente mi caso. Hay algunas cuestiones que ciertamente me gustaría casi analizar entre todos cada vez que nos juntamos, a modo de debate, de saber qué piensa o cómo piensan. Pero siento que tal vez la mirada que tengo es demasiado exhaustiva, enfrascado en profundizar comportamientos o situaciones que al resto le importan un pito. No compartimos una cotidianeidad inmediata y mucho menos diaria, apenas semanalmente nos juntamos a jugar un poco al fútbol y muy esporádicamente a comer un asado. La relación más directa que se da es a través de la mensajería instantánea, por whatsapp. Desde donde surgen para mí, nuevas inquietudes con respecto al comportamiento social de cada uno, en algunos casos por ejemplo, el celular les brinda cierta impunidad. Y cuando hablo de impunidad me refiero a que hay relaciones que se dan con el otro a través de la agresión sistemática y diaria, una agresión que dista sobradamente de la violencia física. Confieso que a veces es agotador (y he escuchado a otros sentir lo mismo), pero siendo que es una situación que se da sólo a través de la mensajería instantánea, simplemente con silenciar el grupo o no agarrar el celular alcanza. Pero no dejo de preguntarme: ¿por qué ese tipo de relación de continua agresión? ¿de continua descalificación? A veces he caído yo mismo en el ¿juego?, pero consciente de esto he ido abandonando la dinámica lentamente, preso un poco de las reglas tácitas que se respetan inconscientemente.

La forma de agredirse es la forma que cualquiera que haya estado en un grupo de amigos conoce. Acusaciones cruzadas que resultan ser las mismas para todos y contra todos. Una estupidez total, pero así se dieron las cosas. Y no se si no existe otra forma de que no sean así las cosas; es decir, la forma de agredirse es la forma de relacionarse en sí misma. Y nadie de los agredidos (que eventualmente somos todos) siente que es con una mala intención, porque el "diálogo" siempre se da en un tono de sorna que ha sido socialmente acordado sin ningún tipo de acuerdo sintáctico o verbal. Todo el mundo "sabe" desde qué lugar se dicen las cosas y dónde está el límite. Pero aún así, ¿de dónde sale esa necesidad incluso de relacionarse así? La amistad es un misterio muy profundo. Y si yo quisiera profundizar aún más, caería en un lugar común, donde sería blanco de muchas agresiones y descalificaciones por ello, y que entendería perfectamente, claro está.

Mi esposa dice que me estoy volviendo viejo, cosa que es cierta, refiriéndose con ello a que me estoy poniendo cada vez más rezongón. Es bueno que me lo diga, me hace pensar y verme un poco fuera de mi propia prespectiva. Porque me quejo sí de algunas de esas situaciones que pretendo profundizar con mis amigos, las cuales creo que hablarlas entre nosotros nos llevaría a conocermos mejor y mejorar afectivamente nuestra relación, con todo lo bueno de ello. Coincido aún más en lo de viejo cuando me encuentro reaccionando distinto ante situaciones en particular donde otros tal vez se exasperan o incomodan; hay momentos en que me someto más a la reflexividad antes que a lo sanguíneo; y si eso es ir volviendose viejo, voy en el camino más que correcto, creo. ¿O por qué me hago estas preguntas yo sólo? Ojo, en el fondo se que cuando surja esta charla voy a escuchar cosas muy interesantes de todos y cada uno. Pero la seriedad es una sensación a la que muchos escapan, porque es mucho más fácil y placentero la jovialidad. Ser serio o hablar seriamente sobre ciertas cuestiones está mal visto en una reunión donde todo el mundo asume que es para relajarse, la seriedad tiene mala fama, y el hecho de no practicarla contribuye a evitarla por todos los medios. Porque hablar o ponerse serio está asociado a la negatividad, todo lo "serio"; es lo rutinario, lo que ensombrece, lo que justamente dejamos de lado para juntarnos a comer un asado. Entonces cuando uno se pone serio corre el riesgo de pasarse a ese otro lado, ese lado oscuro. La seriedad está quizás en el medio, ni de un lado ni del otro, o en ambos lados; sólo que la falta de práctica no nos permite comprender lo enriquecedora que es. Yo me pongo serio cuando escribo. 


Y ojalá que con mis amigos encontremos la seriedad que dice Nietzsche.