viernes, 15 de junio de 2012

Un Chiste sobre la Mitosis

Un capítulo de The Big Bang Theory, una serie que me gusta mucho. Siempre fui de mirar sit-coms, como se les dice allá a este tipo de series. Conozco muchos que no le encuentra la gracia. Y muy pocos que las disfruten. Tal vez les choca el no saber inglés pienso a veces, porque si sabés un poco, a veces las expresiones que utilizan no tienen mucho que ver con el subtitulado; y el verdadero chiste está en cómo dicen lo que dicen. Es un entendimiento muy tácito, porque mientras los escuchás también vas leyendo; y en mi caso, viendo también qué términos utilizan para traducir y a la vez no cagar el gag, o el chiste. Todo sucede en segundos; y mientras, la risa, claro.

He escuchado decir que esta serie en particular es para “gente inteligente”, yo no lo creo así, porque por sobretodas las cosas, lo que sí creo, es que es, como todas estas series, para gente con (¿cierto?) sentido del humor. Si bien el programa tiene un “lenguaje” muy particular, en lo que se refiere a treintañeros que rehusan un poco a abandonar la adolescencia, tienen problemas para acercarse a las minas y adoran todo lo que tiene que ver con la tecnología de nuestros días (computadoras, internet, juegos de video, etc); las situaciones nos son comunes a todos.




Pero anoche, por ejemplo, hicieron un chiste donde si sabías de que se trataba la mitosis, tenía un plus enorme de risa. La cosa venía así, a Sheldon lo embaucó una mina y logra una cena con él. Nadie podía creer lo que estaban viendo (sobre todo porque Sheldon tampoco tenía idea), y Penny pregunta: que es lo que le gusta a Sheldon, “si hombres, mujeres, muñecos” (risas). A lo que Holowitz contesta que todos tienen una teoría al respecto, la de él precisamente, es que algún día comería tanta comida tailandesa que iba a terminar reproduciendo por mitosis. Y no les miento, me cagué de la risa. 

Y ahí es cuando te das cuenta un poco que los que son verdaderamente inteligentes son los que arman el guión, los libretos y los diálogos. Sin desmerecer el trabajo de los actores, que en este caso, es crucial también para el éxito de la serie. Y fíjense como son, porque una vez que el capítulo termina y están pasando los créditos, se reproduce una escena donde se lo ve a Sheldon comiendo desesperadamente Mad Thai, y cuando parece que está atragantado, y los amigos le preguntan azorados si se encuentra bien, “aparece” otro Sheldon a su lado (más risas) y termina finalmente. Más risas.

jueves, 14 de junio de 2012

Benny Goodman y el Daltonismo Musical

Enganché uno de esos maravillosos capítulos sobre la historia del Jazz del documental extensísimo que hizo el señor Ken Burns, y que por televisón se pueden ver a través del programa de Javier Malossetti titulado El Perseguidor, en honor, obviamente, al también maravilloso cuento de Julio Cortázar. Confieso que he visto varios, si bien no todos, y no de la forma en que los quisiera ver. Nunca recuerdo los programas que quiero ver, y mucho menos sus horarios, en caso de que recuerde alguno.

De este capítulo en particular (que no recuerdo cual era justamente) recuerdo a Benny Goodman. Benny Goodman era blanco, y el capítulo intentaba (con éxito, por supuesto) contar como la música, ayudó a la integración de las razas en EEUU. Benny era un genio tocando el clarinete, y se le atribuye particulamente el incio de lo que conocemos como swing, como una corriente alternativa del jazz. Contemporáneo de Benny era Duke Ellington, quien elegantemente se encargó en más de una ocasión de describir al swing como una música comercial; podemos decir sin temor a equivocarnos, que el swing fue considerado como la música “pop” de nuestra época.


Al parecer, Benny, fue lo que ahora consideramos como una “estrella de rock”. Pero más allá de eso, lo que sucedió con la música que Benny hacía, fue se que popularizó de tal modo, que en ciertos lugares donde tocaba, comenzaron a poblarse de afroamericanos….recuerdo ahora mientras escribo, a una pareja entrevistada, cómo felizmente recordaban su adolescencia en aquellos lugares bailables, donde no importaba el color, si no, si realmente sabías bailar o no (lo del baile es otro tema muy interesante para tocar, pero sería tocar demasiado de oído, con esto basta). Maravilloso. Toda una generación creció sin el sentido de segregación, aunque era mucha todavía por entonces; pude apreciar una fotografía del frente de un restorán que tenía dos puertas de entradas, imaginarán por qué.

La cosa es que a Benny le gustaba visitar clubes nocturnos donde tocaban otras bandas, recordar que era una época de florecimiento de la música, en este caso, el jazz en particular. Así fue como descubrió a Teddy Wilson, un pianista de color; no se si había comentado el hecho de que: la banda de Benny, y todas las bandas que interpretaban el swing, eran blancas. Pero claro, el tipo que tocaba el piano, más allá del color que sea, era un capo. Benny lo llamó de todas formas, y terminó formando un trío, con un baterista. Con este trío, tocaban solamente en vivo por radio, y grabaron un par de temas. Pero resultaba que el trío era sensacional, y aunque al principio estaba reticente al hecho de tocar en público, por miedo: un poco a ser eclipsado y otro poco a ser repudiado; terminó tocando con la banda, no sin antes incorporar a un muchacho, de color también, que tocaba el xilofón de una manera única. Al final, la rompieron. Y Benny fue pionero en esto de las bandas mixtas, demostrando que la música, como dijo la pareja entrevistada, es daltónica.

Escuchen a Benny y su banda:

Sobre la Inspiración de los Ignotos

Vi el final de un capítulo de la serie Superhumanos que dan por el History Channel. Era el caso de Dean Karnazes. Un tipo que se dedicó hasta los 30 años a trabajar en una empresa farmacéutica como ejecutivo; tenía éxito económico, pero se sentía miserable. Llegó a pesar, en ese entonces, más de 80 kilos (16 más que ahora). Parece que el tipo, el día de su cumpleaños número 30, de escabio de tequila con los amigos, y vaya uno a saber de qué estaban hablando, porque en un momento dado salió del bar con la firme convicción de correr. Esa misma noche corrió 50km.

Aquí es donde uno se pone a pensar, porque resulta que Dean ¿sufre? una mutación genética, algo con su metabolismo que le permite a sus músculos no cansarse, básicamente. Cuando se investiga a Dean, uno no encuentra más que elogios para un tipo que ha corrido siete veces (terminó seis) la maratón de Badwater, la cual se basa en correr 220 kilómetros a través del Valle de la Muerte, con temperaturas extremas de 48º C. Además, terminó una maratón en el Polo Sur con 40º C bajo cero e hizo competencias de casi 600 kilómetros. Pero muy poco dicen lo que le pasa a Dean que lo hace diferente a los demás, no les importa……, claro, lo que resaltan es la parte inspiradora y motivadora. Y eso está muy bien. Pero vamos, yo creo que inspiran más todos esos ignotos atletas que se esfuerzan diaria y verdaderamente por correr esos súpermaratones.




Dean Karnazes: El maratoniano extremo... por raulespert

sábado, 9 de junio de 2012

La Profecía del Aburrimiento

Colgué a ver una película empezada. La película era La Profecía del No Nacido, y venía barajada más o menos así: una chica, muy linda ella, comenzaba de pronto a tener extrañas visiones terroríficas que tenían que ver casi siempre con un niño (el niño me parecía la encarnación de Victor, el personaje de Corpse Bride, de Tim Burton). En el transcurso de la película, se entera que es gemela, sólo que el hermano ha muerto en el vientre de su madre, antes de nacer; y obviamente, sus padres se lo habían ocultado (si no, no habría película prácticamente). La cosa es que, a pesar de lo rebuscado del guión, a la piba le pasaba de todo cada 5 minutos; o sea, lo único que sostenía la trama eran esos intentos vanos de asustarte, y cada 5 minutos!. Repitieron una escena de un botiquín en el baño varias veces. Tanto, que jugabas mentalmente a ver cuando aparecía algo, que finalmente, para alegría de todos, aparecía. Y sí, era el pibe.





Lo interesante era también que el director se encargaba, cada vez que la chica se asustaba, de tener un buen plano del culo. Con esto uno da cuenta de la clase de peli de la que hablo; dirigida a un público en su mayoría adolescente, con ganas más de tener sexo que de comer. Y si es por ello, la película rinde con creces su cometido. Yo lo único que lamento es que a esa hora de la noche, y con tantos canales con su programación de películas traducidas al español neutro, enganchar una subtitulada y buena, es una aventura que veces, resulta bastante incómoda. Les dejo el culito de la mina, que obviamente, es el poster de la película, además, para que quede bien claro, de qué se trata.




Obama flasheándola

Colgué a ver un programa titulado En el Medio, daban una mirada muy particular acerca de cómo la tecnología nos ha afectado como sociedad. Más allá del quid de la cuestión, y del cual podríamos hablar horas; la cuestión fue que en un momento contaban como desde la cámara en el casco de un soldado, el presidente de los EEUU, Obama Bin....., no, no, perdón, Osama Bi......no, tampoco, Barack Obama (ese era) pudo seguir desde la casablanca, en vivo!, todos los acontecimientos que tuvieron que ver con el asesinato del supuesto enemigo Nº1 de EEUU.

Por un momento me desconcentré, me fui del programa, flashié con algunos gameplays de juegos de consola que hay en YouTube (los gameplays son videos que suben usuarios que han grabado su propia partida del juego), y no pude más que imaginarme a Obama flashiándola de este modo: