lunes, 29 de junio de 2015

La Espada del Viento

Se entumen los pensamientos, se activa una memoria sin pentagramas, un recuerdo escapa de las ataduras de las prescripciones y surca el firmamento de la inconsciencia con una propulsión incandescente: es un rostro, una escena como un loop un fotograma de película que se repite frenética y agónicamente. Entonces el frío arremete y conquista todos los rincones, cubre todos los espacios con su manto gris de sometimiento. Nos subyuga con el filo de su espada de viento. Y no hay sitios  imaginables o recónditos que no sean alterados por la impoluta acción del viento. Es otoño en todas las estaciones del alma, llueven apesumbramientos y el corazón se empapa de nostalgia. Es un acto reflejo también. El recuerdo estalla sobre los límites de la palabra, a punto queda de cruzar las fronteras del silencio; pero su incandescencia se apaga por el propio sonido de la espada del viento, desgarrando al unísono todos los sentidos. La carne exhibe su presencia mientras el horizonte del paisaje le imprime lejanía. Los árboles sirven de escudo, esa efímera sensación de sentirse protegido más por la sensación que por el escudo mismo. La espada se alza y deja caer toda su furia, su sed de conquista, su gris violencia incontenida. El eco final de aquél rostro, de aquella escena, resuena en la gris intermitencia y se arropa con mi aliento, viaja con la misma inevitabilidad que la de las olas que golpean la orilla pétrea de este helado sentimiento. Pero no llega. A pesar de todo su ímpetu. A pesar de su incandescencia. Y todo es vago en consecuencia, la espada henchida de voracidad vomita sobre su propia intermitencia, volviéndose a su vez fotograma, revelando su indómita escencia.

viernes, 26 de junio de 2015

Notas acerca de la Fotografía X - Las Fotos Mentales

Hay veces, y son muchas estas veces, en las que pienso que verdaderamente, las mejores fotografìas, no están hechas con la cámara. La fotografía genera, en general, en el fotógrafo, movimiento. Uno sale a hacer fotografías, y la mente se mantiene así en movimiento también. Lo que quiere decir que aún cuando no carguemos la cámara, la mente sigue haciendo fotografías igual, el proceso nunca se detiene, digamos. El fotógrafo no es fotógrafo sólo cuando carga su cámara, uno anda haciendo fotos la mayoría del tiempo, incluso, inconscientemente. Recuerdo una frase de Milan Kundera: "la memoria no guarda películas, guarda fotografías". Porque la luz, y al mazo.


Hacer fotos es un acto tanto voluntario como involuntario. Es más, tal vez la cámara restringe el proceso creativo de la mente al producir imágenes; no fotografiamos lo que vemos, sino cómo lo vemos. Y lo recreamos (o lo intentamos al menos) a través de las posibilidades técnicas que nos provee y permite la cámara. En esa recreación de las imágenes a traves de la fotografía, el fotógrafo ensaya siempre todos los puntos de vista posibles para tal empresa. Y el movimiento es obviamente la principal herramienta para lograr todos los puntos posibles para satisfacer la imaginación (como proceso de creación) de una foto. De hecho,  un fotógrafo está dotado, creo yo, con la capacidad de prever un punto de vista de una fotografía;  o tal vez sea el mismo proceso de satisfacción que lo lleva a la búsqueda, al movimiento. De todas las fotografías mentales que suelo hacer, las que más disfruto particularmente, son las que están hechas desde el auto; cuando manejo, para ser más explícitos. Quién no ha ido de acompañante?, o de viaje en un bondi mirando por la ventanilla!, haciendo fotos mentales.....?. Porque la luz.

Hay momentos en que la luz dibuja en nuestras mentes fotografías únicas, que tal vez no podríamos reproducir con la cámara; y que por el momento y la situación del momento además, es imposible que pudiésemos disponer siquiera de una cámara fotográfica. Salvo la mente. Estas fotografías, estos momentos son únicos para el fotógrafo, son para atesorarlos verdaderamente. De estos momentos también está hechao se hace también la fotografía. Incluso, hay algo allí que sucede de forma intensa también cuando se fotografía. Recuerdo una escena de La Vida Secreta de Walter Mitty, cuando el personaje de Ben Stiller se encuentra con el de Sean Penn; a punto de fotografiar al leopardo de las nieves, una toma que buscaba desde hacía años, y al momento de disparar, no lo hace, y en el medio del diálogo que surge entre los dos personajes, Sean Penn dice: "a veces no lo hago, si disfruto de un momento sólo para mí, personalmente, no me gusta tener la distracción de la cámara, simplemente quiero formar parte de él".



La foto mental representa para mí la llama del proceso creativo y por qué no?, desde donde surge luego el sentimiento de la fotografía mismo casi. Uno puede dar cuenta de la intensidad con la que se relaciona con la fotografía a través de estos ejercicios involuntarios de producir fotografías todo el tiempo. O simplemente, no puede dejar de hacerlo. El ojo fotográfico, la mente fotográfica, no descansa, aún cuando descansa. Como decía Kundera, la memoria guarda fotografías. Guarde usted también esos momentos como el de Sean Penn; antes, durante y después de una fotografía. Disfrute el proceso creativo.

Si ya ha alcanzado la cima de una montaña, no se apresure en bajar para contarles a todos que la alcanzó; atesore ese momento, guárdeselo, nadie le dará más valor que usted, y no representará para nadie lo que representa para usted. Viva el momento. Disfrute de la fotografía.

jueves, 25 de junio de 2015

Intensa Intesa-Mente

El miedo se angustia, el desagrado también. La furia se indigna. La alegría entristece, y la tristeza, siempre será la tristeza, que se le va hacer


Ví Intensa-Mente con mi pequeño de 8 años, en el cine, 3D. Una experiencia maravillosa la película. Pixar ha hecho atragantarme con mi saliva, otra vez, y me ha ganado un par de lágrimas. Y hasta en uno de los dos momentos donde la película logra conmoverte verdaderamente, observé a mi hijo de reojo; y él moqueaba profusamente, aunque intentara disimularlo. Cosa que hablamos después; le dije que no lo disimule; que si sentía emocionado al ver una película, pues que dejara fluir ese sentimiento. Además, de eso se trataba la película misma; de la importancia de hacer prevalecer y de no reprimir y/o ocultar los sentimientos. —Yo me lloré todo, le dije. Y sonrió cómplice.

Había muchos niños pequeños en la sala. Me preguntaba en ciertos pasajes de la película, qué estarían pensando sobre la misma: ¿la estarían pasando bien?. Porque hay que reconocer que por momentos (los cuales son muchos) parece una película animada con personajes adorables y multiplicidad de colores, hecha para grandes. Es una película surrealista, hay un pequeño guiño abstracto que me hizo pensar en las pinturas de Picasso; o hablan de la deconstrucción, un término filosófico que conocí a través de Derrida y un personaje de la niñez escondido en la memoria a largo plazo que es casi hasta lisérgico, diría yo, que tengo la mente un poco atrofiada (habría que escuchar la crítica de un niño de 10/12 años).

Intensa-Mente (Inside Out en original) es un viaje en muchos sentidos, es un viaje emocional, dentro y fuera de la película misma, como su título lo dice, finalmente. Hace que rememores tu propia infancia, y que pienses detenidamente en detenerte a dar cuenta de las emociones que un hijo debe sobrellevar prematuramente e indefinidamente hasta cuando su tiempo lo disponga, su propio viaje emocional. Sinceramente, creo que muchos (sino todos) deberíamos ver esta película. Es un gran logro de la animación, es una idea brillante que los sentimientos tengan sentimientos. Todos los personajes son adorables, pero Alegría y Tristeza son los verdaderos protagonistas. No deja de sorprenderte cada paso que da el film, y te mantiene en vilo y a flor de piel.

Hay algo que no suele mencionarse en las críticas de las películas de Pixar, pero todos quienes se encargan de realizar el doblaje al español latino son fantásticos. Y uno se encuentra ya un poco familiarizado con algunas voces, y se los reconoce de otros personajes, de otras películas. Lejos de incomodar, es agradable. Les pido un favor, véanla, 


martes, 23 de junio de 2015

Un Mal Necesario

No debe haber nada más previsible en la televisión que la entrevista en vivo a un jugador a la salida (a la entrada también) de un partido. Y me sorprende que nunca se le haya dado una mayor importancia humorística en la misma televisión a este hecho que sucede, año tras año, semana a semana, partido a partido. Quiero decir, se podrían hacer decenas de sketchs satirizándolos (masacrándolos), y de alguna manera, obligarlos a cambiar esa ¿imagen?. Y los periodistas?, si hay alguien que sabe exactamente lo que le va a responder su entrevistado futbolístico, es su entrevistador, no se aburren?, yo creo que sí. Me los imagino hablando en un asado de esto, te debés cagar de risa. Sucede que también tienen algo de culpa, porque no les queda otra que preguntar siempre lo mismo, y por más que la dibujen con juegos de palabras....es una tarea inútil, el jugador tiene el discurso hecho desde hace años, de escucharlo hace años...en la televisión misma. Es decir, la entrevista a un jugador de fútbol es algo inútil, sin sentido, en tal caso. 

Pero ahí tenés a un sinnúmero de televidentes que están en este mismo momento que vos leés y yo escribo, escuchando atentamente al 4 de Racing diciendo que no se jugó bien, pero pusimos lo que hay que poner. Que es lo mismo que dijo el 9 de Almirante Brown para un canal de cable de la zona el domingo pasado cuando empataron 2 a 2 . Y lo que están en el canal?, en el piso....? —estamos con el móvil en vivo para reoger algunos testimonios de los jugadores. Qué chamuyo, la tele apesta, y sobre todo cuando se trata de programas de fútbol donde se rellena con este tipo de entrevistas. Pero ojo!, nobleza obliga, hay que decirlo: una gente de un canal de cable (TyCSports) tenía un programa que se llamaba Sin Cassette, donde los invitaban a conversar de fútbol pero sin esa atadura del discurso, sin ese almidón barato, ese protocolo berreta de las declaraciones post o pre-partido (indignación en proceso). Hasta los hacían decir lo que nunca dirían inmediatamente después de un partido con el micrófono abierto, si no dijeran siempre lo mismo.

Sin embargo, hay excepciones a la regla. Jugadores con más cancha fuera de la cancha que adentro a veces (ojo!), esos que les gusta la camarita y la exposición. Esos son los más buscados, obviamente. Nota de color. Se le puede preguntar cualquier cosa (o la misma cosa de siempre) que los tipos te la van a remar; está en juego su efímera reputación frente a las cámaras. También están un poco condenados a remarla siempre. O capaz algunos, lo hacen de buena onda. Se ven tanto entrevistados y entrevistadores, que la relación es inevitable. Brota la confianza, las notas toman más color, aunque siempre se les escapa un —tienen un gran equipo, son grandes jugadores. Pero si los ves bien están diciendo —quelosremilparió, no le pudimos ganar a estos cagones de mierda que se colgaron del arco.



Mirá si no estará trillada la nota a los jugadores, que ahora las estrellas, son los entrevistadores. En fin, me colgué.

Música para Viajar - Town Portal

Allá lejos, en la adolescencia, lejos de adolescer, disfrutamos muchísimo de las bandas en vivo, y aunque la mayoría sonaban horribles, siempre había y hay una que se destaca, cuando esto por lo general sucede. Esta de la que les hablo mientras recuerdo se llamaba Murdock.  Unos locos bárbaros, unos adelantados a la época (siempre teniendo en cuenta que la mayoría de las bandas hacían el punk y el heavy de los '70). De movida, no tenían cantante, eran dos violeros, un batero que la rompía y el bajista era el corolario de la suma de todos estos talentos.

Murdock escuchaba y tocaba una música que nosotros desconocíamos aún cuando estaba explotando el grunge, Nirvana y todo lo que vino después por esas épocas también, la música llegaba a través de los cassettes, de lo que escuchaban otros (no todos teníamos equipos de CD's, eso vino después, paulatinamente). Por ello, ir a ver bandas era no sólo un placer, sino una necesidad casi. Conocías gente, hablabas de bandas, te emborrachabas de todo; y cuando conocías bandas a través de las chicas, la cosa se volvía más que interesante.

Todo esto recordaba yo cuando descubrí a través de las naufragios en YouTube a un pequeño grupo de bandas que asemejaban de alguna manera el sonido aquél que yo siempre recuerdo como el de la mejor en banda en vivo de mi ciudad que pude ver. Pero mejorado. Por el sonido, por la época, por la sobriedad, por el gusto; escuchar Town Portal es como degustar un vino muy añejado con la sapiencia de un sommelier posta. A mí no me gusta catalogar a las bandas y a su sonido como si fueran botellas de vino tampoco; uno lee por ejemplo que dicen de estos pibes: Instrumental Progressive Post-Metal......WTF?. O sea. Queseyo......la banda tiene mucha fuerza, crea mucho clima, las distorsiones están prolijamente sucias sin mucho contraste, suenan brillantes pero no chillan, tienen un sonido claro, fuerte....y claro. El bajo tiene mucha personalidad, y si se me permite, tanto o más dicción que que la guitarra, porque ninguno canta. De útlima, consensuadamente digamos que son un power trío y listo; un power trío danés que la-rompe.



lunes, 22 de junio de 2015

Quién sabe Alicia este país......?

Julianne Moore me puede el corazón, es una mujer hermosa, y actúa maravillosa; o como si los guiones fuesen escritos pensando en ella, aunque tenga siempre/luego la enorme capacidad y talento para transformar un personaje escrito en un ser real y contundentemente creíble, capaz de arrancarte lágrimas, de acongojarte y sentir su angustia; como sucede en Still Alice; una profesora de lingüística que es diagnosticada con Alzheimer prematuro. Y todo el avance del deterioro al que es sometido su personaje por este terrible mal que la aqueja es retratado con gran atino y sutileza por su director, pero por su actuación sobre todo. El resto del elenco la acompaña (en todo sentido) bastante bien, todo el mundo está sobrio en sus personajes. Debo confesar que Kristen Stewart es otra que me puede el corazón, esa chica es hermosa, por dios —aunque ella siempre actúa de sí misma, o del personaje que hizo de ella misma—.

Es un relato en primera persona, y uno, lejos...lejísimos siquiera de poder llegar a comprender los traumas y las consecuencias que conllevan esta enfermedad; va angustiándose con Julianne a medida que la enfermedad y el film avanzan. No hay ni un sólo hueco. Todo el clima o los climas de la película suceden con fluidez y emotividad contenida; uno es también un testigo inevitable.

El tema de la enfermedad está tocado con consciencia sostenida y firme. Es un mal que nos aqueja desde hace mucho y del cual los medios no se hacen cargo, entonces el mal es siempre de otro; y lo desconocemos completamente. Claro que no exime ningún tipo de crítica, es un palmada en la nuca para tener conciencia de su existencia; de lo que trae acarreado. Como sucede con el cáncer, es una enfermedad que si bien ataca a una persona, todo su círculo familiar se ve mental y espiritualmente trastocado.

Es una película adusta, que más allá de la seriedad del tema que trata, está sostenida por la brillante actuación de Julianne Moore ♥. Véanla tranqui, que está muy bien......


Lisa Genova, una profesional en el área de neurociencias y la biopsicología es la autora del libro original de la película. Lo lanzó de manera independiente, al igual que otros títulos de este estilo, como Left Neglected (Estragos de una Lesión Cerebral), Love Anthony (Autismo) e Inside the O'Briens (Enfermedad de Huntington).

Dejo al final la transcripción de un texto que me gustó y me pareció muy interesante:

Vuelo nocturno a San Francisco,
persiguiendo la luna a través de América.
¡Dios! Han pasado años
desde que estuve en un vuelo.
Cuando lleguemos a 35.000 pies,
habremos alcanzado la tropopausa.
El gran cinturón de aire tranquilo.
Lo más cerca que nunca voy a llegar al ozono.
Soñé que estábamos allí.

El avión saltó la tropopausa.
El aire seguro alcanza el borde exterior.
El ozono que era irregular y desgarrador,
parchado de lo mismo, raído como viejas gasas.
Y eso era... aterrador.

Pero vi algo que sólo
podía ver a causa de
mi asombrosa habilidad para ver este tipo de cosas.
Las almas se estaban levantando,
de la tierra muy por debajo, 
las almas de los muertos, de las personas que habían perecido 
de hambre, de la guerra, de la peste.

Y flotaron hacia arriba como
paracaidistas en reversa.
Miembros todos en girones,
girando y retorciéndose.
Y las almas de estos fallecidos, unieron sus manos,
juntaron sus tobillos y formaron
una red, una gran red de almas.
Y las almas, eran moléculas de oxígeno 
de tres átomos de materia del ozono.
Y el borde exterior las absorbió, y fueron reparadas.
Nada está perdido para siempre.

En este mundo, hay un tipo de progreso doloroso.
Anhelando lo que dejamos atrás y soñando por adelantado.
Al menos creo que eso es así.

Retrospecvida (Final de la Lluvia)

En retrospectiva, la vida suele ser una compilación de momentos, una retrospecvida. Y dependiendo de cada momento, la compilación será en mayor o menor medida: sorpresiva. Por qué será que estas retrospectivas suelen suceder en los momentos menos pensados?, porque....no se piensa acaso en hacer una retrospecvida?. Y por qué no?. ¿La menor medida del momento es atizar inconscientemente la llama de la desesperanza cuando el semáforo se ha puesto en rojo en el momento justo (y sorpresivo, y por ende: menos pensado) de acercarse a esa esquina donde siempre pasas?. Siempre se dice en algunas canciones (que a veces suenan en el auto mientras el semáforo está en rojo) que es mejor no pensar. Alguien acaso sabe hacer eso?. Tampoco se piensa siempre en retrospectiva, yo a veces pienso en el momento mismo. Como cuando esos días de intensa lluvia, donde todo es gris oscuro, donde la luz es opaca y todo está sumergido en esas atmósferas otoñales que tanto adoramos estúpidamente casi. Y llueve tupido y estás haciendo cualquier cosa hasta que te das cuenta que deja de llover. Y el aire se inunda de tristeza, y uno se pregunta: ¿por qué carajos ha dejado de llover?. Si es tan lindo. Y los charcos se han quedado quietos y reflejan todo con esa tensa calma; y el aire es frío y ha caído un manto de silencio que todo lo envuelve, todo lo cabizbaja. Imagina que justo deja de llover cuando paras en el semáforo que se ha puesto en rojo sólo porque tú has llegado a la esquina, el semáforo en rojo te observa, te ha estado observando desde su onmipresencia lumínica oculto tras los segundos en verde, tras la pausa amarilla; el semáforo en rojo ha querido que te detengas y ha detenido la lluvia intensa. Y acaso piensas. No ya en la entidad roja, sino en el detenimiento, del auto, de la lluvia, del tiempo. Surge el momento. Recuerdas la quietud de los charcos, se antojan musicales ciertos recuerdos, pero es imposible ponerlos en palabra; tienden a desaparecer cuando lo intentas siquiera. ¿Por qué ha parado de llover?. Cuando llueve no importa el frío. Y un techo sigue goteando, y las gotas rebotan contra una superficie con la capacidad permanente y sonora de producir eco, ese eco repetitivo que pulsa la pausa del momento. Uno hace más que pensar, es autohipnotismo. Son 42 segundos el semáforo en rojo, mientras la gente no tiene rostro, pero la complicidad surgida de la circunstancia te hace observarlos, y ellos también te observan y se cruzan las miradas pero esas miradas están vacías, no dicen nada. El final de la lluvia es como una nada imprevista que desnuda los pensamientos, como pájaros vuelan llevados por la corriente del momento. Y un charco se ha puesto amarillo. Y ahora se pone en verde. Y el momento termina.


viernes, 19 de junio de 2015

Música para Viajar - God is an Astronaut

God is an Astronaut me ha cautivado ya desde la afirmación del nombre de la ¿banda?. Sí, es una banda: de 4 integrantes, de Irlanda y del siglo XXI. Dice la famosa pedia que todos visitamos, que se formaron en el 2002.

Como me suele ocurrir, buscando y buscando bandas y sonidos nuevos, a través de estas búsquedas, YouTube y sus algoritmos brujos hacen que aparezcan bandas y solistas que suelen estar relacionados con lo que estoy o acabo de escuchar. Y la verdad es que entre tanta cosa rara que aparece, muchas veces me dejo llevar por la intuición (ante casi todo) y otras veces por los títulos: de las bandas o de los álbumes; y God is an Astronaut, convengamos que es muy ocurrente. Al principio creí que era una banda puramente electrónica —debió haber sido porque le dí ► y me puse a hacer otra cosa y no le presté una debida atención. Cuando se escucha música de ese modo, la música suele ser no más que un viento. Eso me agrada. Y dependiendo de la velocidad del viento, de su carácter climático, se guarda para escucharlo bien después.

Resulta ser una compañera ideal esta banda. —Para qué?. Pues como para escribir (yo asumo que si usted está leyendo este blog es porque escribe en el suyo) o leer, o navegar, o cocinar, o tener sexo, o estudiar, o viajar en el auto, o en el bondi. Tiene un sonido electrónico que viene de los sintetizadores, pero la batería tiene un peso importante, le da tracción sanguínea a las canciones, a las variadas texturas musicales. Las guitarras se hermanan perfectamente con los teclados, y hay riffs y arpegios que te cuentan toda la historieta de cada track. Todo tiene su punto G, los comienzos, los puentes, los estribillos. Cabe mencionar aquí que la banda prescinde de un voz cantante, pero para ser sinceros, uno se da cuenta tal vez ya demasiado tarde de esto. Ya estás metido de lleno en el viaje musical de estos tipos, que será tu propio viaje, porque es una música que por sobre todas las cosas, evoca.

Y, amig@s, el viaje en tal caso, depende de ustedes, cada persona es un mundo.


jueves, 18 de junio de 2015

El Bicivolador

Cuando niño, enfrente de mi casa, vivía mi buen amigo Ricardo. Le decíamos Ricky. Un gran pibe. De aquella época, dando un pantallazo visual en la memoria mientras escribo, recuerdo que estaba Fabián —un amigo que se suicidió hace ya algunos años, preso de la tristeza de un desamor— cuyos padres tenían (tienen) una bicicletería, y andaba siempre en unas bicis hermosas de cross. Cada vez que llegaban nuevos modelos, él pegaba una, un privilegiado sin dudas. Después estaba Leo —que vivía (vive) al lado de lo de Ricky—, cuyos padres tenían (tienen) un kiosco y un local donde arreglaban (bien dicho) televisores. Él también tenía un buena bici de cross. Yo tenía una común, que había heredado de mi hermano, pero la trataba como a una cross a la pobre. Y Ricky.....Ricky tenía una de paseo; pobre, siempre se quería matar cuando salíamos a andar en bici, puteaba de lo lindo. Pero vale decir que arriba de esa pintoresca bici de paseo, el tipo era un as. Saltaba, coleaba.....frenaba con la suela de sus zapatillas, apoyándolas sobre la rueda de atrás (práctica que le trajo bastantes problemas con su madre)....un capo. No se le veían los pies cuando andábamos rápido, tenía un plato pequeño la bici, pero nunca se quedaba atrás, a pesar de todo. Y nosotros tampoco íbamos muy fuerte, era un lindo grupo de amigos, habíamos apenas pasado la decena de años todos.

El asunto de acordarme de Ricky, es por su madre. Una señora que no recuerdo el nombre, muy flaca, alta, la recuerdo fotográficamente con unos jeans súper gastados y un sweter de un rosa muy fuerte, con un cabello desordenado y un gesto siempre adusto. El papá de Ricky era compañero de laburo de mi viejo, mirá si no era chica la ciudad donde vivíamos, quelosparió. Y cuando a veces íbamos a su casa, porque la madre del sweter rosa nos invitaba a quedarnos y tomar la merienda; y después quedábamos mirando revistas de historietas en la habitación; ella aparecía con unas revistas para mostrarnos también. Eran pequeñas, hechas con papel símil al del diario. Con dibujos hechos a mano, y pintados como acuarelas. Siempre había familias felices, niños felices; todos viviendo en lugares encantados, rodeados incluso por bestias salvajes, todo en perfecta armonía. Y ella nos hablaba de esas familias, de esos lugares maravillosos pintados en la revista. A nosotros no nos gustaba para nada esa charla, recuerdo las caras de mis amigos, soportando el discurso de la mamá de Ricky, él incluído, aunque avergonzado también.


A Ricky no le gustaba ser —o que lo hicieran— testigo de Jehová. A nosotros tampoco. Pero no íbamos a abandonar a Ricky sólo en su casa, ni a desestimar invitaciones a tomar la merienda, no. Muchas veces nos bancábamos su discurso sin emitir respuesta alguna. Y jamás preguntábamos nada al respecto, sabíamos que la pregunta nos hundiría más. Observábamos la revista y hacíamos que leíamos, asentíamos con la cabeza y nada más. Después sí, cuando salíamos de la casa conversábamos acerca de lo ocurrido. A veces, Ricky nos pedía perdón por su mamá, —es re pesada— decía. Luego siempre hacía alguna broma con respecto a su religión, y todos reíamos aliviados de que él se diera cuenta de la angustia que pasábamos todos frente a cada sermón. De ahí a las bicis.

Hace muchos años atrás, veo por la ventana de la casa de mi viejos, que alguien golpeaba las manos en la entrada. Son testigos de Jehová— dijeron mis viejos— atendelos vos. Yo salí. Me acordaba de mi buen amigo Ricky y los sermones de su mamá sweter rosa. Yo me sabía de memoria esas dialécticas. Los atiendo respetuosamente, y arrancan. Al cabo de unos segundos, les aclaro que no creo en Dios, que no tengo ni me interesa la religión; que perdían su tiempo aquí. Ellos casi que se preocuparon por mí, jeje. Y nos metimos en una charla que duró extensos minutos acerca de la existencia de Dios. Lo que más recuerdo era su insistencia, ellos no se querían ir sin que yo creyese en Dios. Tarea que les resultó imposible. Me querían dejar una Atalaya, su famosa revista de propaganda religiosa. Tampoco la acepté, aunque insistieron. Se fueron diciendo que iban a rezar por mí.

Y todo porque hace un par de semanas, me lo encontré a Ricky en un partido de fútbol. Estamos igual de panzones nos dijimos, riéndonos. Yo siempre lo recuerdo arriba de su bici de paseo, hecho un bicivolador, y los testigos de Jehová no pasron nunca más.


martes, 16 de junio de 2015

Notas acerca de la Fotografía IX - Jugar con Luz

Busco azarosamente algunas definiciones en la red acerca de la luz:  La luz es una forma de energía capaz de provocar cambios en los cuerpos. Y más adelante leo: El hombre siempre se ha preguntado qué es la luz. 


La mirada fotográfica está compuesta por incontables recursos naturales, es decir, la naturaleza del ser humano, y agrego: su relación con el entorno donde desarrolla su fotografía. Puede resultar provechoso comenzar a tener consciencia de la luz como una entidad con vida propia, como una forma de energía, como bien citaban en otro lado. Porque......no siempre uno anda haciendo fotografías con la cámara, el ojo fotográfico no descansa y no descansará nunca, la mente jamás deja de hacer fotografías. Y lo hace porque la luz hace, o deshace; lo que la mente hace en realidad creo yo entonces es: relacionarse con la luz. Porque la luz influye infinidad de veces en nuestro estado de ánimo, nadie es el mismo cuando a las 8 de la mañana es de noche en invierno y a las 8 de la noche, todavía es de día en verano. Las estaciones se desenvuelven a través de la luz. Como así mismo con su intensidad. Es mediodía con un calor agobiante con un cielo despejado, esa luz es dura, se aplica desde el cenit, y se enclava sobre todo; y a medida que la tarde avanza va aplacándose, va tiñiendo todo de dorado, y el dorado, resultado de la baja intensidad de la luz, nos provoca cierta calma, regocijo; estamos consciente, inconsciente y espirtualmente subyugados a esa luz; es difícil encontrar a un ser humano que no se sienta aunque más no sea levemente conmovido por un atardecer...

De la misma manera, la dirección de la luz. Con la dirección de la luz, toda forma existente sobre esta tierra se reproduce visualmente diferente según el sitio desde donde sea observada, y con la aprehensión de esa indistinta dirección se descubren las sombras, hermanas de sangre de la luz. Para el ojo fotográfico, este descubrimiento cotidiano resulta en un mundo paralelo donde es posible construir imágenes que revelen de manera única ese parentesco, ese límite determinante aún la hermandad. Y toda hora proyecta una diferente sombra. Una de las herramientas que resulta vital en un cámara fotográfica, tiene que ver, obviamente y a su vez, con la luz; con la capacidad de manipularla, justamente. Y aunque siempre va a padecer de una miopía importante, es de ese padecimiento del cual podremos sacar (cruelmente, podríamos decir a estas alturas) nuestro mayor provecho. Toda sombra resultará en una forma que se dibujará según nuestra percepción de la misma. Y cuando hablamos de nuestra percepción, sabemos que las posibilidades son siempre infinitas. Nos relacionamos aquí con la luz a la manera de un juego.

Pero no siempre la luz se manifiesta de manera directa, o como decía aquella canción: aunque no lo veamos / el sol siempre está. Los días en que las nubes cubren todo el cielo, nos imaginamos el gris. Todo está iluminado de forma pareja. Es  una ocasión excepcional para la práctica de la fotografía, es una caricia de la luz, todo es delicado y adentrarse en esa atmósfera es una aventura muy satisfactoria. La mirada tiende a extenderse sobre territorios que en días de sol son invisibles, fondos y texturas que se superponen, detalles para destacar, inmensidad para plasmar.

La luz tiene vida propia. Nace, crece, se desarrolla, agoniza y muere cada día; y cada día, esa vida (y esa muerte) es diferente; e intentar lograr conectarse con esa luz, jugar con esa luz......, intentar entenderla, dejarse llevar por ella, obervarla cada día, cada hora, cada momento; generará ese lazo amoroso que no nos abandona ni nos abandonará nunca. La luz prescinde de la fotografía. Su existencia y comportamiento son maravillosos sin la necesidad de crear imágenes a partir de ella. Cuando transluce un cielo que se abre lentamente, cuando ilumina el rocío de una flor por la mañana, cuando remarca la geometría de una ciudad, cuando se filtra por un bosque, cuando rebota en espejo de agua, cuando, cuando, cuando.



lunes, 15 de junio de 2015

La Digitalización de los Pesares

De pronto, mientras chusmeo algunas comunidades de Google+, encuentro un enlace a una nota titulada Un Libro examina cómo lo Digital ha convertido las Cámaras de Fotografía en Metralletas y la leo, algo reticente. El tiempo pasa, y todo cambia, todo el tiempo. He leído a muchos fotógrafos que vivieron la época del rollo y el cuarto oscuro que tienden a despotricar acerca de las nuevas tendencias de la tecnología hacia la fotografía. A la ciencia no le importa el arte, y no toda la fotografía es arte a ciencia cierta. No todos los que cargan un Iphone último modelo y hacen fotos fantásticas son artistas. Como así también hay quienes se dicen artistas y sus fotos no son más que la excusa para decirse artistas. Ha de ser, imagino, difícil adecuarse a estos tiempos de hoy donde todo avanza de una manera ilógica, desenfrenada; donde el folklore y el romanticismo de cierta época ha ido menguando, producto creo yo de este desenfreno, este vértigo, donde siempre se quiere más de lo que se tiene, en vez de disfrutar de lo que se tiene. O, sacarle el máximo provecho a la tecnolgía que se tiene, y estoy hablando de las cámaras fotográficas y los dispositivos móviles para recrear la fotografía. Y de la creatividad sobre todo.


 La masividad, ese metralletismo fotográfico del que habla Harvey Wang yo pienso que tiene que ver también con que en este mundo somos cada vez más y más personas, que por ello todo es frenético, estamos amontonándonos. Y no sólo somos cada vez más y de manera cada vez más peligrosa también, sino que, paralelamente producto de la globalización, de la teconología, que nos permite tener una mayor consciencia del otro en otro lado del mundo (aunque paradójicamente, esa consciencia no nos hace tomar consciencia que estamos en el mismo mundo, consumiéndolo) hemos adquirido la costumbre de mostrarnos y mostrar todo lo que vemos a todos, todo el tiempo. El nuevo lenguaje —que ha sido el lenguaje que hemos hablado por siempre la humanidad— es el de la imagen, hoy más que nunca es la manera más práctica de (¿)expresarse(?). Desde la idiotez de mostrar lo que estamos comiendo, hasta la magnificiencia del paisaje más inhóspito. Todo el mundo saca fotos. Todo el mundo muestra fotos. Todo el mundo quiere mostrar, todo el mundo quiere mostrarse.

Y desde el momento en que uno cae en la obviedad de utilizar el término todo el mundo para referirse a una tendencia que por sobre todas las cosas, se intuye; sabe que allí, dentro de esa término, hay otro mundo. Las personas que, obviamente, no pertenecen a ese metralletismo. Me gusta pensar que hay personas que aman a la fotografía como una forma de expresión sublime, un manifiesto de la creatividad, una oportunidad única, que la practican y ejercen con una felicidad inmensa. Esos mismos, estoy seguro que deben lamentar no haber vivido la fotografía del rollo, del cuarto oscuro. Ese romanticisimo, esa experiencia fraternal del conocimiento de un arte a través de las instrumentaciones propias de un época siempre, siempre.....en crecimiento, en expansión. Son esos mismos y otros tantos quienes estoy seguro que evitan ser parte de la media, del montón; que es un caldo de cultivo ese mismo hacinamiento de imágenes y que de ello se hacen a un lado, buscando justamente desde lo personal, desde la creatividad, romper esa estructura.

Nada ni nadie va a matar al espíritu de la fotografía, que como una forma de expresión artística, nace justamente de la necesidad de expresarse de manera alternativa a la tendencia de una época. Tal vez dentro de algunos años, los fotógrafos más jóvenes sientan que su fotografía resulta más auténtica con una cámara con rollo, que necesiten ese tiempo que flota entre la fotografía que se hace hasta la que se revela. Tal veztodo es tan relativo que mientras más frenéticamente vivamos, surja la necesidad espontánea de ver y experimentar nuestras propias sensaciones a un ritmo mucho más lento. Con costumbres que a muchos le parecen arcaicas.


Es decir, yo prefiero tener una mirada esperanzadora acerca de la evolución inevitable de la tecnología con respecto a la fotografía; porque detrás de la evolución, de la tecnología y de la fotografía, lo que vive en un continuo caos, es el espíritu humano; y desde el caos es de donde surge la creatividad. Es la creatividad la que salva a todos los mundos.
Un libro examina cómo lo digital ha convertido las cámaras de fotografía en 'metralletas'

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2484020/0/libro/fotografia-digital/harvey-wang/#xtor=AD-15&xts=467263#xtor=AD-15&xts=467263
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domingo, 14 de junio de 2015

Enriquecimiento Lícito

Realmente, encuentro productivo, como un empirismo puramente visual, el hecho ¿virtual? de que la gente comparta el laburo que produce artísticamente. Cada vez que publico, por ejemplo, mis fotografías en redes como Flickr, 500px o Tumblr, más allá de mostrar mi mirada como obra fotográfica; eso mismo genera que otros usuarios, otros artistas conozcan tus fotos y al sentirse (vaya uno a saber como se sienten)  con tu trabajo, con un simple click, te sigan. Seguirte a través de una red social que estimula el trabajo artístico y no el puro narcisismo de la cotidianeidad doméstico como lo es a mi (in)sano juicio Facebook—, o el Facebook que utiliza tu tía, tu vieja, tu prima y todo el que conocés; permite que vos conozcas el trabajo de quien te sigue. Es como un intercambio, y desde ese intercambio viene el enriquecimiento mutuo.

La mirada también se construye observando la mirada del otro. Tuve durante algún tiempo un Facebook abierto, pero terminó ligado a cuestiones, como señalé, familiares, es decir, no se producía allí ningún tipo de intercambio con el que yo me sintiera satisfecho de alguna forma. Sin mencionar que desde lo visual, la interfaz de Facebook siempre me pareció un espanto. Terminé eliminándolo.

Entonces hay un tiempo en el que todos lo días descubres a un(a) fotógraf@, a un(a) ilustrador(a), a un(a) dibujante, a un(a) pintor(a); y cuando lo descubres, es como un abanico el que descubres: de imaginaciones, de sensaciones, de técnicas, de ideas. Y no hablo sólo de ellos, digo que ese abanico es también personal, es como un conocimiento que acecha desde nuestras propias sombras internas, o que espera más que acecha, a ser justamente, descubierto. He allí la productividad de la que comencé hablando. La posibilidad de conocer otros mundos alternos. La posibilidad de conocer ciudades, naturalezas tan ajenas a la propia. Pasear por las calles de Roma, de la India, conocer los paisajes de los Alpes Suizos, ver amanecer en el Mount Blanc en Francia, ver la cara de los niños en Indonesia, el cielo desde Usuahia, la arquitectura de Londres, los lagos de Nueva Zelanda, la maravillosa geografía de Islandia, el patio de una casa en Nueva orleans, el atardecer en un pintoresco puerto en Buenos Aires, la sombras que recortan las figuras y el trajín de la ciudad de Nueva York; y podría seguir rato largo.


Te Sigue Posta

Utilizando uno de los recursos más antiguos de las películas de suspenso (o de terror, un género que carece de prestigio, o al menos el término con el que se lo conoce):............la persecución, It Follows basa su argumento así para mostrarse como un film que a pesar de su modestia, logra interesarte de buena manera. Me gustan las películas así donde tengo el agrado de no conocer a ninguno de los actores, y donde sus rostros de alguna manera inexpresivos (rostros olvidables, por así decirlo también) permiten concentrarte exclusivamente en la trama y lo que le acontece a sus personajes. —Y qué le acontece a los personajes?. Pues, son perseguidos, como bien dice el título. —Por quién y/o por qué?. Pues no se los puedo decir, les arruinaría la peli.

Es decir, el protagonismo, más allá de destacarse la rubia (y otros) en desgracia; se lo lleva la persecución misma; y es una idea atrayente al fin y al cabo; sobre todo porque uno esperaría desde la más desprevenida inocencia, que dicha persecución se produjese siempre en un ritmo frenético, aludiendo a la desesperación crítica,  como siempre, pero no. Fíjese que no cae en eso exactamente.

  
Mientras observaba atento, pude siempre desde una apreciación más que personal reconocer ciertas influencias (o guiños) a ciertos clichés del género. O a ciertas películas en particular, mejor dicho. Recordé entonces la angustia de los jóvenes asediados por Freddy Krueger, o los climas musicales de Carpenter en sus Halloween. Abundan las tomas con planos más bien estáticos, donde el director juega así con la ¿angustia? del espectador; otro recurso que para mí, funciona; y el desarrollo de todo el film transcurre parsimoniosamente de principio a fin sin esa mengua que capaz te vas al baño, pasás por la heladera, volvés y no te perdiste de nada, no; porque como dije, de alguna u otra manera, es atrayente, atrapante.

Por momentos, desconcierta, en el buen sentido. Más allá de la intuición sobre el género, mentalmente uno juega a ver qué carajos va a pasar; e independientemente de lo que pase o pasa, el juego está y eso es bueno....que pase. Me gustaría hablar del final, de la sensación que te deja la escena final; pero esa es una charla que en justa y última instancia se tiene con quienes ya han visto la película.


En fin, gana...gusta....no golea, pero en definitva, es saludable encontrarse con un cine que apuesta a salirse aunque más no sea un poco de lo banal, que lo intenta y sale airoso. Ya sabe, si se la encuentra por allí o alguien confiable se la recomienda, vealá y luego me cuenta. (O alguien a quien usted no estima le dice que es malísima, con más razón, vealá). No lo va a dejar indiferente.

sábado, 13 de junio de 2015

Notas acerca de la Fotografía VIII - Observar el Momento

Se trata de....observar.....el momento
 
La mente del fotógrafo es un gran océano en blanco donde la marea no tiene forma, pero fluye insaciablemente desde y hasta todos los sentidos. El verdadero ojo fotográfico es el espíritu del hombre, su historia viva manifestándose a través del momento; para ser honestos con la construcción de una imagen, se debe vivir el momento. De eso se trata....observar....el momento. Ser parte viva de lo que está fotografiando. En lo personal, es un camino intenso e interminable, y tener acaso una breve certeza de esto le corresponde únicamente a cada fotógrafo en particular. Cada uno sabe en qué lugar de su fotografía se encuentra, quién puede venir a decirnos en qué parte de ese camino intenso e interminable estamos?. He allí un desafío para la propia visión de lo visionado, para la conservación del instinto.

La creatividad es también la creación de la observación del momento, se construye un entorno que visualmente se compone desde lo puramente espiritual. Es lo que se sale a buscar en definitiva, esa sensación indescriptible que nos produce fotografiar, se sale a buscar lo que se lleva dentro, para explotarlo luego a través del entorno que mejor nos place. El paisaje es en realidad el momento, y todo lo que lo conforma es el momento. El espacio conformado por los espacios, delineado por los innumerables trazos que el hombre o la naturaleza han sabido trazar; la belleza de las formas en todas sus formas, la inevitable influencia del color, la sagrada acción de la luz, por sobre todo. 
 
 
 
La vida que pasa, el vértigo....la contemplación diáfana de ese vértigo, la vida que sucede, en calma.....y la contemplación en calma de esa inconmensurable calma. 
 
Sentir, de eso se trata......observar.....el momento. Y la fotografía.


viernes, 12 de junio de 2015

La Raíz de la Incandescencia

Cuánto es lo que verdaderamente dura una publicación una fotografía, un texto en la internet?. Cuánto dura su incandescencia?. La red es como un clima impronosticable donde millones y millones de usuarios alrededor del mundo publican constantemente aquello que los conmueve hasta el impulso (o ¿necesidad?) de contárselo al mundo; y más allá de negarlo casi política y correctamente, esperan una suerte de respuesta; un indicio siquiera de que esa publicación ha sido en última y moderada instancia: vista
Lo climático, lo ambiental, lo sensorial, se manifiesta desde la soledad de quien publica, hay un estado de ánimo que lo rige en ese preciso momento (una fotografía que se ha terminado de editar, un texto que se ha terminado de corregir), y hay otro, que es espectral, como un aura, una vibra: es la sensación que uno tiene acerca de la red en ese mismo momento antes de publicar. O no. Porque depende del tiempo en que uno ha estado prendido a su computadora (chateando, leyendo, navegando, etc) y otros tantos etcéteras que más adelante estaría bueno mencionar, como cuando se publica sin ningún tipo de alteración computacional previa. En ese sentido, el sentido del estado de la red que nosotros percibimos, influye de la manera en que le demos mayor o menor cabida, recordemos que la relación que se establece con el entorno digital es siempre solitaria; la red funciona en el inconsciente también.

Entonces, luego uno publica, y....¿espera?. Claro. Pero y cuánta relevancia se le da a esos instantes en el que nuestra publicación se encuentra a la vista de: quienes sabemos que verán su contenido, y a los que imaginamos que lo harán de alguna u otra manera?. Cuán importante es la retribución?, la respuesta......(?). Y cuando nadie da cuenta de la publicación?, qué dice eso acerca de su contenido?, dice algo acaso?. Y si la publicación acaso se viraliza, otra vez: ¿qué dice eso del contenido?. Cierta y efímera popularidad en la red, como reverbera en el inconsciente?, se traduce luego en algún tipo de conducta en nuestra cotidianeidad?, en el mundo REAL?.

Ante la incontable masividad de fotografías y textos, la red es como el reino de lo efímero, donde todo dura lo que dura el momento, y nada más. Por ello imagino, es que ha recurrido la gente a la creación de foros, obviamente; sitios donde se privilegia el gusto compartido; donde los usuarios se sienten a gusto, y dicho fraternalmente, contenidos. Yo creo que no hay que confundir ni dejar que se nos transmute la satisfacción, valorar por sobre todo el hecho de la creación,  lejos de todo narcisimo. Ser honesto con lo que se hace, y mantener viva la razón por la cual se lo hace. Me gusta pensar que si no existiera la internet, la gente igual seguiría haciendo fotos, y escribiendo textos.

martes, 9 de junio de 2015

Este Infierno esta Embrigador

En los '90, cuando HBO era una señal por la que no tenía que poner más guita,  recuerdo haber visto un documental de Nirvana que fue genial. Cuando existió la internet, recuerdo haberlo buscado sin éxito. Montage of Heck tiene metraje de aquél documental y, está hecho justamente con la colaboración de HBO dcoumentary; por lo que fue una especie de viaje al pasado en todos los sentidos.

Yo recordaba las revistas que en aquél tiempo leía, algunas notas acerca de cómo Cobain se mostraba como un anti-rocker, cómo le molestaba toda esa parafernalia que lo envolvía. Eso me gustaba, como imagino que a todos aquellos que lo idolatraron de sobremanera. Tal vez sea que de adolescente uno nunca termina de comprender que son figuras humanas; más allá del ídolo-dios de rock, se nos escapa a la razón. La precoz e inevitable obnubilación de la testosterona de aquellos años. La distancia que establecemos es inabarcable.

Ver Montage of Heck es ver, justa y contrariamente a aquello, el lado humano. Las cintas familiares, donde se puede ver a un Cobain niño y adolescente, son impagables. Su historia está contada magistralmente, con mucho cariño, y con crudeza a veces, es todo muy auténtico. Lo que no muestran las cintas, está contado ilustrativamente con resultados más que complacientes. La historia de Cobain, es la historia de muchos imagino; y he allí la enorme empatia que repercutió distorsionadamente en su ¿éxito?. Hay un momento que su madre cuenta: Kurt le pide que escuche el master de Nervemind; y ella siente miedo por su hijo, porque lo que escucha cambiará todo el espectro musical de la época, le dice; y no lo ve preparado para todo lo que se le viene....



Es como una larga tragedia la historia de Cobain, una mala leche terrible. Hay que decir que lo que visualmente lograron con su diario personal es admirable. La música, la banda de sonido es precisa, milimétrica, perfecta; todas las versiones que se escuchan te estrujan el corazón a veces. Los testimonios son medidos, no es un documental de entrevistados. Me llamó la atención que no estuviera Dave Grohl; y por lo que pude leer, no se dice mucho de por qué no está. Se lo extraña. Es extenso el documental, pero atrapante y con un muy buen ritmo, no es musical tampoco.

Personalmente, me encantó y lo recontra recomiendo.Es un documental sobre su vida, y no sobre su muerte; y eso es bueno.