lunes, 22 de julio de 2013

Negociando....

Colgué a ver El Precio de la Historia, un programa de History Channel que está paradójicamente, devaluado; para mí. Pero, como siempre sucede, como casi nunca hay nadie interesante para ver en la TV cuando el mundo se apaga, ahí colgué. Y había una mina que hablaba que tenía una cocina....no recuerdo el nombre ni el modelo de la cocina, pero ella explicaba que era muy antigua y que esperaba sacar unos 3000 dólares. Cuadro siguiente: están dos de los tipos que aparecen en el programa, negociando. Uno de ellos explica un poco, la cocina es en realidad un hallazgo; es una de las primeras cocinas que fueron hechas para utlizar con gas y al mismo tiempo eléctricas!. De hecho, la cocina tenía además, un visor para desde arriba lo que está cocinando en el horno.....la verdad, se veía espectacular la cocina, yo quise una al toque.




Y comienza la negociación: el tipo le pregunta (como siempre sucede) si la quiere vender o qué y cuánto pide por ella. La mina dice obviamente —3000 dólares. El gordo hace una cara rara (que lo dice todo antes de decir nada)....hay un breve silencio antes de decirle —yo estaba pensando en unos 800 dólares. La mina se espanta y pide 2800. A lo que el tipo explica: es una buena pieza, pero el mercado para esta pieza no es muy grande (pienso que tiene razón), entonces no la va a vender por mucho, por lo que no debería pagar entonces mucho por ella. Y ahí es donde tomo mi lápiz, enciendo el velador y escribo en mi libreta de anotaciones:


Los contrapesos de la lógica = negociar (la capacidad de comprensión escondida) entendimiento por posible desconocimiento (auto) privación de la libertad de pensamiento


Como para mañana (anoche pensaba eso) escribir una entrada al respecto. Pero como verán, ordenar eso que acabo de escribir, puede que se me complique un poco. Con lo cual me lleva a pensar en otra cosa, en cómo uno funciona de otra manera cuando fuma. En mi caso, como bien adivinarán, me gusta; me gusta pensar cuando estoy loco.

Porque las lógicas a las que me refería era a la de cada uno de los negociantes. La mina tenía su propia lógica, su propia idea: que su cocina era única, ella le daba un valor muy superior al de cualquiera. Mas allá del valor económico que imaginaba, estaba además también, el valor sentimental; que tanto tiene que ver intuyo con el económico, porque despegarse de un objeto así es lo que hace que se tase. Y luego la del tipo, que como explicó: no pude comprar algo muy caro si lo va a vender a bajo precio; la idea no es perder dinero, si no ganarlo, obviamente. La mina al final desiste, tal vez piensa que los tipos la quieren timar; pero noto en los dos chabones algo de lógica, valga la rebuznancia.

Descubro la capacidad de comprensión escondida, cuando se pueden ver los dos puntos de vista de cada uno, cosa que es bastante difícil cuando se trata de una discusión, por ejemplo; porque siempre que estamos discutiendo estamos intentando hacer valer un punto de vista, sin pensar demasiado en el del otro. Si pudiéramos tener un momento de lucidez para ver al otro, tal vez nos evitaríamos muchas discusiones....tal vez. Suena tan utópico como improbable, lo se. Pero el desconocimiento es el punto donde nos desencontramos; en la auto-privación de la libertad de pensamiento; de ponernos en el lugar del otro y discutir desde ese lugar con nosotros mismos, y sopesar los contrapesos de las lógicas para ser lo más justos posibles, con el otro y con nosotros mismos claros.

Fá!, dan ganas de fumarse otro.

viernes, 5 de julio de 2013

....ví un verdadero juego.

...porque este muchacho Messi había organizado un partido amistoso conjuntamente con su amigo Neymar; cada uno había llamado y llevado amigotes (como se hacía en el rioba antes) y se juntaron en Perú a jugar un rato, a beneficio (de qué o de quién, no se, no lo dijeron y yo no me interesé). La cosa es que tenía unas tuquitas por allí, y había estado un par de semanas enfermo, así que, no había fumado nada. Pero de pronto me sentía mejor, así que le entré. Y mientras, pasaba los canales. Nada, como siempre. Después de la primer tuquita, me siento feliz, creo que lo poco que me queda de enfermedad, me lo curo allí, nomás del estado de ánimo.

Y engancho el partido. Van como 10/15 minutos, y me pega. Hace mucho que no miro fútbol, pienso. Porque me aburrió el fútbol, por dos cosas. Una: porque ya no se juega al fútbol, es un deporte que implica un negocio detrás y si bien, es obvio como en todo juego, todos queremos ganar; en el fútbol ganar es la premisa, a toda costa.....nunca escucharon después del término de uno?, mientras se los entrevista a los jugadores, (todos con el mismo discurso además!)...— "no jugamos bien, pero se ganó". A mí, eso, me indignaba, che. Los jugadores son ya atletas, un poco por eso también, el fútbol ha pasado a ser un deporte, de táctica y fuerza, de aguante sobretodo, quien aguanta más sin que les hagan goles. Triste, todos tienen más miedo de perder que ganas de ganar. Y dos: porque me cansé de ser hincha, de verdad. Uno es hincha, y debe ejercer como tal, con los amigos, obviamente, acá ni vamos a la cancha del equipo que somos hinchas, porque vivimos casi a 2000km de donde juegan. Y ese ejercicio de ser hincha, me rompió las pelotas, me aburrió...la gastada, la dialéctica borracha, una pérdida de tiempo —hablemos de otra cosa, muchachos.


Ya me pegó de veras. Reconozco sí confieso, a algunos de los que juegan con Messi. Me cuelgo a ver el juego, y a los 5 minutos ya estoy encantado. Por qué?, porque están jugando al fútbol. No hay presión, no hay nada sólo el hecho de divertirse...jugando. El alma del fútbol, donde comenzó todo. O no se acuerdan de lo que se siente verdaderamente jugar al fútbol?, no tiene nada que ver con ser malo o bueno, porque en el fondo, si el malo o el bueno están enamorados del juego, son lo mismo. Y estos muchachos están jugando, tocan, se mueven (claro que no hay agresión....claro que eso cuenta) pero las marcas son escasas. Como sea, puedo ver luego de un rato, y casi emocionarme, jugar al fútbol, porque más allá de los jugadores, de su calidad, como dice la frase, uno ve jugar al fútbol, el juego mismo desarrollándose...., y eso es una belleza.

No me vengan con las discusiones típicas de un asado, con un tinto en la mano, sobre todas las vicisitudes de un porqué un partido amistoso no es un partido de fútbol y que si te meten terrible caño te re calentás y lo atendás mal después....yo eso ya lo sé, yo eso ya lo hice y bla bla bla. Pasa que creo que ya nadie se acuerda de jugar, se perdió la pureza, como en casi todo.