lunes, 13 de febrero de 2017

El Ritual de la Banana

La "Banana", esa experiencia veraniega de subirse a un gomón inflable (con forma de banana justamente) donde te pasean por el mar a gran velocidad mientras vas montado sosteniéndote con fuerza de unas cuerdas, hasta que la lancha que te lleva gira bruscamente y salís disparado. Caés al mar. Y te hundís; llevándote para mí hacia otra realidad, hundiéndote en otra dimensión, en tu propia percepción de esa otra realidad, esa otra dimensión.


Y la mía que se manifestó de forma (algo exagerada reconozco, pero así fue) dramática: de escuchar las risas y el sonido del motor a no escuchar nada y sentir la inmensidad del mar y su voraz profundidad. La soledad absoluta por un instante en medio de una masa incomnesurable de agua, flotando sin remedio y sin consuelo, intentando que no me ganara el pánico porque en definitiva uno se sube al gomón para divertirse. Pero no. 

Y no termina allí. Después de esos segundos que parecieron eternos y logré llegar hasta la superficie, con risa fingida doy cuenta que he quedado solo también allí arriba, todo el resto del grupo había quedado ¡del otro lado! de la Banana, y la Banana que flotaba de lado. Intento en vano hacer algún tipo de fuerza para mover el gomón hacia el otro lado (intento "girarla"), pero de ese otro lado estaban haciendo la fuerza contraria y con mejor suerte que la mía defintivamente, ¡tanta!, que el gomón cae sobre mí volviéndome a hundir. 

El chaleco salvavidas me vuelve a subir, pero choco contra el gomón obviamente, que ya flota como debe y me siento perdido de nuevo; y otra vez esforzándome para que no me gane (del todo) el pánico. Giro bajo el agua, quiero ver desde dónde viene la luz del sol. La veo a mi izquierda y nado con todas mis fuerzas...... buscando la luz. Cuando salgo por fin a la superficie puedo ver las caras del resto. Había por lo menos una chica que se notaba que también la estaba pasando mal y eso me alivió. 

Mi suegra estaba entre esas personas —allá está! escucho que dice, aliviada tambień de verme. Nos costó muchísimo volver a subir, no era un asunto para nada fácil. Rato después, ella (mi suegra) me cuenta que cuando sube a la superficie no me ve, entre risas me confiesa la preocupación del momento. Luego de escucharla le digo que yo no me vuelvo a subir nunca más a esa cosa. Así será.

domingo, 12 de febrero de 2017

4 x 1

En estos últimos días (vuelto de unas vacaciones) he tenido la iniciativa de ponerme al día con una montón de películas que tengo guardadas en la PC. Con la cercanía de la entrega de los premios Oscar, aproveché para ir viendo las nominadas, en la medida en que estuvieran disponibles para su descarga, obviamente. A propósito, antes de viajar pude ir a disfrutar de Arrival al cine.

No hay nada como ir al cine, pero a veces, no puedo por una cuestión de horarios y porque me cuelgo también; para cuando se me da por ver la cartelera suele ser tarde para ciertos films. Bueno, en realidad, es tarde para mí. Porque la experiencia de ver una película en el cine no tiene absolutamente ningún tipo de comparación con la de verla en la tranquilidad del hogar. El cine tiene la capacidad de envolverte, de meterte en la película, en la medida en que uno se deje envolver, ciertamente. Yo suelo ir liberado de ataduras críticas hacia los personajes, y los actores sobre todo (salvo Ben Affleck); para poder disfrutar. Cosa que hice con Arrival, desconocía bastante, incluído su director; salvo que se trataba de extraterrestres. Y que no sea un Independence Day, para mí, ya cuenta. Digo lo del director porque suelo leer críticas que se enfocan muchísimo en él, es decir; si un tipo hizo una película genial, por ende, todas las que haga después deberían ser al menos, igual de geniales. Que se yo, como todos los que se dedican a la creatividad y a realizar algo con ella son personas que viven sus vidas, y por ende, cambian todo el tiempo su perspectiva; yo no creo que deba esperar algo preciso de alguien que lejos estoy de conocer. Me gusta mostrarme abierto a lo que tenga ganas de mostrar y no comparar eternamente su trabajo con otros. Cada película es una historia y una forma de hacer la película misma. Pareciera que la gente se ofende porque no les gustó el film de un realizador en particular, se sienten defraudados. Es raro eso. Como si quisieran volver a sentir algo que los emocionó una vez y de manera única, una y otra vez; y eso es imposible, es una de las razones por las que nace una adicción. Y una adicción es dejar de disfrutar. En fin, las críticas hacia la críticas es un laberinto sin fin. Innecesario.

Arrival me trajo el recuerdo tan fresco tanto de Interestellar como de Contacto, aquella película con Jodie Foster que amé más precisamente en el momento en que ella dice: "deberían haber enviado un poeta". Recuerdos que vinieron creo ya en el pasillo al retirarme de la sala. Tiene los aditivos inevitables: naves espaciales, criaturas alienígenas y todo el aparato militar. Pero está la sensibilidad de sus personajes contando la historia detrás de esas naves espaciales, esas criaturas alienígenas y más detrás aún del aparato militar. Quiero decir, hay una historia, y eso, ya es muchísimo en una película de "ciencia ficción". Uno de los mejores personajes es sin dudas la música, imprescindible; una belleza. El ritmo es cansino, el tiempo que debía tener, sentí, ya que hablamos de música. Otra belleza es Amy Adams. Una película que recordaré a través de los años, y que recomendaré siempre.
 



De las nominadas al Oscar he visto hasta ahora Hackasw Ridge y Manchester by the Sea.
 
 Hackasw Ridge es, como decía recién, una película de la cual el espectador debería prescindir del conocimiento de quien ha sido su realizador; claro que es lo primero que remarca este cartel (y tantos otros carteles) por ejemplo, pero bueno. Más allá del efecto obvio y propagandístico, creo que me he dado a entender cuando digo que aislarse de los aspectos condicionantes para ver una película es un golazo. Es una historia increíble, si no fuera porque es real (frase trillada si las hay). Un condicionante mío es que no soy fan de las películas bélicas, aún cuando esta es antibelicista; pero cuando uno termina de verla y procesa en breves minutos todo lo que acaba de ver, ese preciso instante en que sentimos si hemos disfrutado de la película (y cuánto en tal caso) o no; se da cuenta que es una historia bien contada; no me importa en ese momento quién la hizo ni tampoco que no me gustan las películas de este estilo, pero si me gusta, me gusta; es corta la bocha.


Es inevitable hablar de la crudeza de las imágenes de batalla, del horror pretencioso; un detalle a destacar sin dudas. Como siempre en estas historias, la primera parte de la película es un preámbulo, y si bien allí es donde ciertas veces se falla, creo que no es este el caso, aún cuando se apega a ciertos clichés para mostrarnos ese préambulo y podamos dar cuenta de muchos minutos así en otros films, sale airoso; tal vez más por la actuación del chabón. No se si gane el Oscar, pero a mi jermu, que desconoce bastante del mundo del cine y rara vez ve algún tráiler (por lo que está de alguna manera superditada a lo que yo le proponga para ver, según mis gustos) le gustó y no se durmió mientras, jeje.

Manchester by the Sea, lo único que yo sabía de esta película (además de que está nominada al Oscar) es que actuaba Casey Affleck, hermano de aquél Affleck que no me cae para nada bien verlo actuar. El caso del primero no difiere mucho del segundo, y es que lo he visto en un par de películas donde me ha parecido que su capacidad gestual es insuficiente; pero bueno, aquí íbamos de nuevo, a ver que pasaba.


 Un drama familiar intenso que se revela a su debido tiempo, si bien intuitivamente para algunos llegue más tarde que temprano o viceversa, y allí es cuando se desdobla el film y adquiere una sensibilidad diferente y dependiendo del nervio que toque, la mirada es distinta a partir de allí. El "drama" a su vez reverbera con diferentes ecos en diferentes personajes, he allí el entramado actoral donde se pone de manifiesto la muerte como eco universal. Paisajística. Los pasajes donde el paisaje a determinada hora, con su luz y su sonido ambiente se muestra solitario, nos habla de una manera de retratar a los personajes desde otro recurso. La camara pone al espectador como testigo directo a veces de la relación que se desarrolla en buena parte de la película entre los personajes de Casey Affleck y (su sobrino) Kyle Chandler, con planos donde se enfoca en uno o en otro, haciéndonos cómplices de nosotros mismos. Cruda y lenta, es imposible dejar de verla.

Otro film que tenía guardado era Snowden. Hace algunos meses ví el documental Citizen Four, donde se lo puede ver al mismo Snowden contando sus peripecias.


 La película es hermana menor del documental, van de la mano; por lo que si no han visto ninguna de las dos, recomiendo ver primero el documental; creo que es una buena sintonía ese orden. Porque se puede apreciar muchísimo el trabajo de interpretación de Joseph Gordon- Levitt, que está genial. Creo que sirven para retratar un poco los motivos que llevaron a Snowden a hacer lo que hizo, y que si por casualidad no lo saben, pues entre Citizen Four y Snowden tienen dos buenas oportunidades para interesarse.