domingo, 14 de junio de 2015

Enriquecimiento Lícito

Realmente, encuentro productivo, como un empirismo puramente visual, el hecho ¿virtual? de que la gente comparta el laburo que produce artísticamente. Cada vez que publico, por ejemplo, mis fotografías en redes como Flickr, 500px o Tumblr, más allá de mostrar mi mirada como obra fotográfica; eso mismo genera que otros usuarios, otros artistas conozcan tus fotos y al sentirse (vaya uno a saber como se sienten)  con tu trabajo, con un simple click, te sigan. Seguirte a través de una red social que estimula el trabajo artístico y no el puro narcisismo de la cotidianeidad doméstico como lo es a mi (in)sano juicio Facebook—, o el Facebook que utiliza tu tía, tu vieja, tu prima y todo el que conocés; permite que vos conozcas el trabajo de quien te sigue. Es como un intercambio, y desde ese intercambio viene el enriquecimiento mutuo.

La mirada también se construye observando la mirada del otro. Tuve durante algún tiempo un Facebook abierto, pero terminó ligado a cuestiones, como señalé, familiares, es decir, no se producía allí ningún tipo de intercambio con el que yo me sintiera satisfecho de alguna forma. Sin mencionar que desde lo visual, la interfaz de Facebook siempre me pareció un espanto. Terminé eliminándolo.

Entonces hay un tiempo en el que todos lo días descubres a un(a) fotógraf@, a un(a) ilustrador(a), a un(a) dibujante, a un(a) pintor(a); y cuando lo descubres, es como un abanico el que descubres: de imaginaciones, de sensaciones, de técnicas, de ideas. Y no hablo sólo de ellos, digo que ese abanico es también personal, es como un conocimiento que acecha desde nuestras propias sombras internas, o que espera más que acecha, a ser justamente, descubierto. He allí la productividad de la que comencé hablando. La posibilidad de conocer otros mundos alternos. La posibilidad de conocer ciudades, naturalezas tan ajenas a la propia. Pasear por las calles de Roma, de la India, conocer los paisajes de los Alpes Suizos, ver amanecer en el Mount Blanc en Francia, ver la cara de los niños en Indonesia, el cielo desde Usuahia, la arquitectura de Londres, los lagos de Nueva Zelanda, la maravillosa geografía de Islandia, el patio de una casa en Nueva orleans, el atardecer en un pintoresco puerto en Buenos Aires, la sombras que recortan las figuras y el trajín de la ciudad de Nueva York; y podría seguir rato largo.


0 comentarios :