lunes, 18 de mayo de 2015

Sacando Chappa

Es extraño hablar de Chappie. En un momento me dije, —es como Robocop, pero al revés. Pero no es para tanto, y ni mucho menos. Si uno ha visto District 9, ya se puede ir dando una idea de la película: es su mismo director, y Chappie resulta una suerte de reencarnación de Wikus. De hecho el mismo actor es quien lo interpreta. Debo decir que la manera futurista de ver a los hampones del film es lo que me desencantó un poco. Son personajes bizarros, casi infantiles. Tras cartón, alrededor de estos tres personajes es por donde se desenvuelve la mayor parte del metraje. Por momentos, me distraía con la manera en que estaba hecho el robot, cómo se movía, sus gestos, su voz.....su actuación, bah. La criatura tiene una enorme elasticidad. Y durante esos momentos, se te escapa una sonrisa. Chappie te cae bien, más que como un niño, es como un cachorrito simpático y entrador. 

La película no se plantea ningún tipo de dilema existencial profundo acerca de la relación de los humanos con las máquinas; o con el desarrollo de la inteligencia artificial. Apenas unas líneas, cuando en un momento Chappie se descontrola, Es bastante austera en ese sentido. Simplemente, es un recurso para desarrollar este extraño guión. En varias escenas, se obvian cuestiones que tal vez merecerían un guiño para un mejor desarrollo de las mismas, pero esto sucede imagino por la edición. Tengo más imaginación que talento para escribir, esto está  al vista.

El niño ya hecho hombre de Slumdog Millionare y la pintoresca cabellera de Hugh Jackman añaden pimienta a la trama, pero no dejan de ser secundarios, aunque sus personajes resultan finalmente creíbles. Al intuir la recta final de la película, uno parece reacomodarse un poco en la silla debido a la acción, pero por momentos creo que se exagera un poco.....hasta fruncir el ceño preguntándose —era necesario eso?.

Tal vez lo mejor de la película, está al final; donde la idea de la consciencia se transluce, donde se pone seria. Yo creo que allí estaba la clave, pero estaríamos hablando de otra película. Aún así, ese giro final, ese golpe de gracia, no te deja indiferente, y genera algún tipo de reacción frente al mismo; dejándote ese gusto en el paladar que durará lo que tenga que durar, hasta dictaminar si la película te ha parecido buena o no.



PD: las antenas de Chappie (y el diseño un poco también) en todo momento, me recordaban a un Varitech.

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