miércoles, 7 de junio de 2017

LIFE: otro octavo pasajero

 

Voy a animarme a decir lo siguiente, sabiendo que puede resultar para algunos una exageración, o una osadía; o una estupidez: LIFE es la posibilidad de volver a sentir una tensión magnífica como no era posible desde ALIEN: EL OCTAVO PASAJERO. ¿Es una copia? ¿Acaso un homenaje? ¿Cuántas películas son hijas desconocidas de la saga ALIEN?. Una tripulación a bordo de una nave en el espacio exterior es sometida al acecho de una criatura tan letal como desconocida. Claustrofilms que a veces funcionan por mérito propio: pocos. LIFE es definitivamente uno de ellos. O el único tal vez, una excepción a la regla —¿cuál regla?— no lo se, es un decir.

De los rostros rutilantes del firmamento de Hollywood y al menos en mi caso, son reconocidos los de Ryan Reynolds y el casi infalible Jake Gyllenhaal; el resto todos desconocidos, lo cual no me parece un dato manor, ya que creo que la poca familiaridad que se tenga con el rostro o el prontuario fílmico de los actores tiene que ver con la relación que se crea con el personaje que cada uno interpreta, y con ello la impresión que el espectador tenga mientras transcurre la historia en la pantalla. Está el caballero samurai de 47 Ronin también ahora que pienso.

A propósito de la historia, el hecho de construir el drama a partir de la posibilidad de vida en Marte no es ni un hecho ni una posibilidad lejana de estos tiempos. No es lo mismo que enviar una misión para traer a Matt Damon y sus papas marcianas. Marte no es protagonista aquí. La protagonista es una criatura que produce cierto escozor al verla (más a medida que la película avanza), impecable. Y ya que nombré a The Martian, se puede incluir a LIFE en esa nueva elite de películas respetables sobre ciencia ficción, como lo son Gravity, Interestellar y Arrival, vale decir.


Desde que comienza y hasta el final, el nivel de tensión siempre está in crescendo y nunca decae. Todos los personajes están muy sobrios y eso permite extrapolar cada situación, que siempre es llevada hasta el límite y así disfrutar notablemente la tensión. Todas las escenas donde presenciamos el espacio exterior son tan verosímiles en tanto y en cuanto estemos relacionados con este tipo de películas y sepamos considerarlas. No diré nada respecto del final, ya que en los finales es donde la impresión más personal se choca con la subjetividad y lo que el director sugiere desde su impresión más personal. Estaremos de acuerdo en su elección o no, pero como sea, la hora y media que dura la película y la tensión (aunque suene demasiado reptitivo) a la que somos sometidos es una maravilla.


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